El ministerio de interior búlgaro anunció que el ADN de la pareja gitana interrogada en Bulgaria coincide con el de la niña rubia hallada con otra familia gitana en Grecia la pasada semana.

La policía se llevó a la niña, llamada María, ante la sospecha de que sus progenitores no eran su familia biológica.

El caso desencadenó una movilización internacional para encontrar a los auténticos padres de la niña.

Misterio resuelto

Según aclaró el portavoz del ministerio de interior, Svetlozar Lazarov, los análisis de ADN confirmaron que ambos integrantes de la pareja, Sasha Ruseva de 35 años y Atanas Rusev, son los padres biológicos de la niña.

Ruseva dijo a la policía que hace cuatro dio a luz a una niña en Grecia donde trabajaba recolectando olivas y que entregó a la criatura cuando tenía sietes meses porque era demasiado pobre para cuidar de ella.

Minka Ruseva, de 14 años, uno de los nueve hijos de la pareja búlgara, dijo que cuando vió las fotos de María en televisión supo que era su hermana.

"Me gusta mucho, se parece a mi y quiero que vuelva a casa. Cuidaremos de ella y puedo ayudar a mi madre".

Por su parte Zeynep, la abuela de Sasha Ruseva, de 65 años, dijo que su nieta sufrió mucho tras dejar a su bebé en Grecia.

"Dejó a la niña y tomó tan sólo 100 euros para comprar billetes y volver a casa con sus otros hijos", dijo, sin especificar quién dió el dinero a Sasha.

"Lloraba todo el tiempo por la niña. Luego no pudo reunir el dinero para volver. Sasha tiene que comprar medicamentos y comida para los niños, y no tiene suficiente dinero".

Dispuesta a recuperar a su hija

María

María fue dada en adopción informalmente cuando tenía siete meses.

En un principio, la madre biológica de la niña dijo que no estaba segura de que María fuera su hija pero que se parecía a algunos de sus otros nueve hijos, también rubios y de piel clara.

También dijo que si las pruebas de ADN confirmaban que era su verdadera madre estaba dispuesta a recuperar a su hija.

Los padres biológicos de María viven en una comunidad gitana de unas 2000 personas, en su mayoría desempleadas y viviendo en hogares precarios en una situación de extrema pobreza.

Los resultados de la prueba de ADN confirman así la historia de los padres adoptivos de María, quienes aseguraron desde un primer momento que la niña les fue entregada voluntariamente por una mujer búlgara que no podía hacerse cargo del bebé. A pesar de ello fueron encarcelados acusados de secuestro.