Un muerto, el edificio del Congreso en llamas, decenas de heridos y grandes daños materiales fueron los resultados de un día de fuertes protestas en Asunción, la capital de Paraguay.
Los disturbios se desataron luego de que 25 senadores aprobaran una enmienda constitucional que le permitiría al actual presidente del país, Horacio Cartes, optar a la reelección en 2018, algo que la actual Constitución paraguaya no permite.
Los senadores le dieron el visto bueno al proyecto en una reunión sorpresa y a puerta cerrada en una oficina.
Tras conocerse la noticia, los ciudadanos iniciaron protestas pacíficas, que luego fueron escalando en violencia.
La policía respondió a los disturbios disparando balas de goma y haciendo uso de carros hidrantes y gases lacrimógenos.
El sábado, Cartes destituyó al ministro del Interior, Miguel Tadeo Rojas, y al comandante de la policía nacional, Críspulo Sotelo, y nombró como sus sustitutos a Lorenzo Darío Lezcano y Luis Carlos Rojas, respectivamente.
La medida la tomó "considerando los últimos acontecimientos en el ámbito de la seguridad y ante la orden expresa de extremar cuidados para evitar excesos en el uso de la fuerza pública", indicó la presidencia de Paraguay en un comunicado.
La aprobación del Senado es solo el primer paso para que la reelección sea una realidad.
El proyecto todavía debía ser ratificado por la Cámara de Diputados, en la que Cartes tiene mayoría. La votación estaba programada para el sábado en la mañana, pero fue postergada ante los disturbios.
¿Por qué causa tanta molestia el documento?
¿Qué dice la ley?
En agosto de 2016, el Parlamento paraguayo ya había rechazado una propuesta similar de reelección.
Hasta hace unos días, las normas del Congreso establecían que el tema no podía volverse a tratar hasta después de un año.
Sin embargo, esta semana los legisladores oficialistas lograron modificar el reglamento y llevar la iniciativa al Senado, para su aprobación.
Según la agencia de noticias EFE, el proyecto de enmienda aprobado permitiría que los presidentes y vicepresidentes del país puedan postular a un periodo más, sea de manera continua o alternada.
Es decir, tanto el actual presidente HoracioCartes,como el exmandatario Fernando Lugo, destituido tras un juicio político en 2012, podrían postularse otra vez en 2018 para otro período de cinco años.
Tras la aprobación en el Senado, el proyecto debe someterse a votación en la Cámara de Diputados, en la que Cartes cuenta con mayoría.
Si esta Cámara vota a favor de la ley, el Tribunal Superior de Justicia Electoral de Paraguay convocaría a un referéndum para que la ciudadanía decida finalmente sobre la reelección.
"Vamos a dar a la ciudadanía la oportunidad de manifestarse en el referéndum, no estamos negando absolutamente nada, estamos dando la oportunidad de que decida la gente", dijo el presidente de los Diputados, el oficialista Hugo Velázquez, según EFE.
¿Por qué es tan polémica la reelección?
El avance del proyecto en el Senado desató acusaciones de quiebre institucional por parte de legisladores opositores.
La Constitución paraguaya prohíbe la reelección presidencial desde 1992 tras la caída del gobierno militar de Alfredo Stroessner, que se extendió entre 1954 y 1989.
El gobierno de Stroessner, del Partido Colorado, fue uno de los más largos y represivos en la historia de Latinoamérica.
El régimen dejó más de 400 desaparecidos, más de 18.000 torturados y más de 20.000 exiliados, según los datos publicados en 2008 por la Comisión de Verdad y Justicia de Paraguay.
Sin embargo, tras la salida de Stroessner, el Partido Colorado siguió ganando elecciones y completó casi seis décadas consecutivas en el poder.
Hasta que en 2008, el centroizquierdista Fernando Lugo, del Frente Guasú, ganó las elecciones.
Pero fue destituido en 2012, tras un juicio político en el Congreso, y en 2013, el Partido Colorado volvió al gobierno, con el empresario Horacio Cartes, actual mandatario.
De acuerdo con los manifestantes, la reelección debilitaría a las instituciones democráticas paraguayas. Muchos de ellos gritaban "dictadura nunca más" durante las protestas de este viernes.
"Esto es un atraco", dijo el presidente del Congreso, el opositor Robert Acevedo, quien también participó en las protestas.