A medida que Brasil entierra las víctimas de su peor incendio en medio siglo, que cobró 231 vidas en una discoteca, cobraban fuerza este lunes las preguntas de por qué ocurrió la tragedia y quiénes son sus responsables.

La policía brasileña arrestó este lunes a cuatro personas en procura de avanzar en la investigación de los hechos.

Dos de los detenidos fueron identificados como dueños de la discoteca de Santa Maria, la ciudad al sur del país donde ocurrió la tragedia. Uno de ellos se entregó a las autoridades en la tarde.

También fueron arrestados dos miembros del grupo musical que se cree que inició el incendio al lanzar fuegos artificiales dentro el local en la madrugada del domingo.

La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, decretó tres días de luto nacional y un velorio colectivo de varias de las víctimas se llevó a cabo en un gimnasio de Santa Maria, en el estado de Rio Grande do Sul.

La mayoría de los muertos fueron intoxicados por la inhalación del humo provocado por el incendio y sólo una minoría pereció debido a quemaduras, según la policía.

Además se reportaron 116 heridos, más de 80 de ellos en estado grave.

El clima de consternación que la tragedia provocó en Brasil está dando paso a cuestionamientos más técnicos y hasta culturales sobre lo ocurrido, que según expertos fue por falta de cumplimiento de normas anti-incendio.

"Nosotros los brasileños no tenemos una cultura de seguridad, no nos preocupamos mucho con nuestra propia seguridad", dijo Valdir Pignatta e Silva, especialista en seguridad contra incendios de la escuela politécnica de la Universidad de Sao Paulo, en diálogo con BBC Mundo.

Denominador común

Autoridades brasileñas han afirmado que el plan de prevención de incendios de la discoteca "Kiss" estaba vencido desde agosto y el permiso de funcionamiento del local había caducado.

Entierro

Hay dudas sobre porqué ocurrió la tragedia.

No obstante, la dirección de la discoteca afirmó en un comunicado que los equipamientos contra incendios se encontraban en situación "regular" y calificó como una "fatalidad" lo acontecido.

Según testimonios de sobrevivientes, al iniciarse el incendio el personal de seguridad de la discoteca bloqueó al menos momentáneamente la salida de gente para exigir que pagasen sus cuentas.

Los investigadores intentan determinar estos aspectos, así como si faltaban salidas de emergencia, si los extintores fallaron o si la cantidad de personas que había en el local excedía el máximo habilitado, preguntas que los medios brasileños reiteran con insistencia.

Según Pignatta e Silva, esta tragedia puede tener un denominador común con otras recientes ocurridas en Brasil, como el derrumbe de tres edificios el año pasado en el centro de Río de Janeiro o el descarrilamiento de un tranvía turístico en un barrio de esta ciudad en 2011.

En el caso de los edificios, el desplome fue provocado por una obra aparentemente irregular en una pared estructural y causó 22 muertos, cinco de ellos aún desaparecidos. Existe una denuncia en curso ante la justicia.

El descarrilamiento del tranvía en el barrio carioca de Santa Teresa, que mató a seis personas e hirió a 48, se produjo por una falta de mantenimiento de esos vehículos, según una denuncia fiscal aceptada por la justicia.

"Mi área es seguridad contra incendios, pero podemos generalizar: no voy a hablar de corrupción ni nada de eso, pero alguien que era responsable por una cosa o usuario de una cosa, no se interesó por un problema contra la seguridad", dijo Pignatta e Silva.

"Descoordinación"

Luiz Antonio Cosenza, presidente de la comisión de análisis y prevención de accidentes del Consejo Regional de Ingeniería y Agronomía de Río de Janeiro, advirtió que la desatención suele ser un factor de riesgos.

"Cada accidente tiene una motivación (pero) lógicamente tenemos problemas: más de 50% de los accidentes es por falta de mantenimiento", dijo Cosenza a BBC Mundo.

A su juicio, Brasil cuenta con normas suficientes para prevenir tragedias como la del domingo, pero el cumplimiento de las mismas es un desafío.

"Para la cantidad de personas que había ahí adentro, esa salida de emergencia no atendía las normas", comentó.

Moacyr Duarte, especialista en gerencia de riesgos y planeamiento de emergencias en la Universidad Federal de Río de Janeiro, apuntó a su vez a problemas de burocracia.

"La emisión de la licencias de funcionamiento (como la que necesitaba la discoteca de Santa Maria) en general involucra la opinión de varios órganos, entonces la descoordinación de la emisión del permiso es igual para la mayor parte de los municipios" del país, dijo.

"El sistema de fiscalización tampoco es muy bueno", agregó y recordó que en 2001 hubo un incendio similar en una discoteca de Belo Horizonte, donde murieron seis personas y más de 300 resultaron heridas, pero a su juicio no se aprendieron las lecciones del caso.

Duarte dijo a BBC Mundo que en Brasil "no existe una cultura o hábito de quien frecuenta una casa nocturna o alquila espacios de fiestas de tener la seguridad como algo importante".

"Si todos comenzaran a preguntar si tiene permiso, los propietarios intentarían obtenerlo: se volvería una exigencia del consumidor", concluyó.

Gráfico

1. Escenario: las chispas de la pirotecnia usada por uno de los miembros de la banda caen en la espuma colocada en el techo para insonorizar el local y ésta se prende en fuego, expulsando humo tóximo. Uno de los músicos dijo a una estación de radio que el extinguidor que usaron para intentar apagar el fuego no funcionaba.

2. Pista principal: Conforme el fuego se sale de control, cientos de clientes, la mayoría estudiantes, empiezan a huir hacia lo que ellos creen que es la salida del local. Los testigos dijeron que muchos asistentes confundieron las puertas hacia los baños con las salidas.

3. Baños: Muchos de los que entraron a los baños por error quedaron atrapados y consumidos por las llamas. Los bomberos encontraron decenas de cuerpos en los lavabos.

4. Entrada/Salida: Según el testimonio de los sobrevivientes y la policía, un grupo de guardias de seguridad intentaron bloquear la salida para evitar que los clientes se fueran sin pagar las cuentas. Otros testigos aseguran que cuando los guardias se dieron cuenta de la gravedad del incendio empezaron a ayudar a salir a la gente.

5. Exterior de la discoteca: Una pared fuera de la entrada también dificultó la salida de la gente. Cuando se empezó a conocer la magnitud del incendio, voluntarios ayudaron a los bomberos a romper la pared para ayudar a la gente a escapar del local.

Fuentes: Testigos, BBC Brasil