El sorprendente legado de la "franja de la muerte" que dividió Europa durante la Guerra Fría

Aves raras cantan a la sombra de una vieja torre de vigilancia de la extinta Alemania oriental. Un reno salvaje deambula por la frontera entre Finlandia y Rusia. Linces que se escurren entre los búnkeres comunistas en las montañas de Albania y de Macedonia del Norte.Por todas partes en Europa, especies en peligro están encontrando un hogar inesperado en tierras por donde la antigua Cortina de Hierro dividía el continente durante la Guerra Fría.Durante décadas, la frontera que separaba Europa fue un símbolo brutal de la hostilidad entre el Este y el Oeste, entre los bloques de poder socialista y capitalista.Hasta la caída del muro de Berlín, ocurrida hace 28 años, este dividía Alemania entre la República Federal de Alemania en el oeste y la República Democrática de Alemania (GDR, por sus siglas en inglés) en el este.
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Tarabillas norteñas y torres de vigilancia
"Cuando tenía 14 años, comencé a grabar a hacer un registro de las especies de aves en el área", dice Kai Frobel, un ecologista que creció en la década de 1970 en el lado de la frontera de Alemania occidental.Un corredor para la vida salvaje
El cinturón verde de Europa ahora atraviesa 24 países, cubriendo un amplio rango de hábitats que incluyen zonas de costa, lagos, bosques y montañas.Aunque aún hay brechas, el cinturón verde se ha convertido en un salvavidas para muchas especies en peligro.Paz y pelícanos
En el extremo sur del cinturón verde de Europa, en los Balcanes, el final de la Guerra Fría estuvo seguido de una serie de guerras sangrientas. Mientras la antigua Yugoslavia se desmoronaba, pocas personas veían la protección de la vida salvaje como una prioridad."Un monumento viviente"
Pese a todo, no todo el mundo está a favor del cinturón verde.En Alemania, donde a los conservacionistas les gustaría cerrar las brechas restantes, mientras las asociaciones de agricultores han protestado en contra de su expansión.Tienen miedo de la pérdida de tierras agrícolas. El aumento del precio de la tierra, la demanda de cultivos que sean usados para biocombustibles y la construcción de caminos también ejercen presión sobre el cinturón verde.Para Frobel, quien pasó su niñez junto a una frontera que entonces parecía imposible de franquear, proteger el cinturón verde se trata tanto de memoria como de naturaleza."Es un monumento ecológico viviente para una generación que no conoció la frontera", apunta."Nuestra expectativa básica era que esta monstruosa frontera interna alemana había sido construida para la eternidad. Difícilmente alguien llegó a pensar que un día, ya no estaría más allí", añade.Como dice su colega Kreutz: "para la gente, esto era la zona muerta. Pero la naturaleza pudo florecer aquí de forma realmente libre".Puedes leer la versión original de este texto eninglés.Ahora puedes recibir notificaciones de BBC Mundo. Descarga la nueva versión de nuestraapp y actívalas para no perderte nuestro mejor contenido.https://www.youtube.com/watch?v=cyKX3E21fLA&feature=youtu.behttps://www.youtube.com/watch?v=vBlOELSWjFIhttps://www.youtube.com/watch?v=FvlCP0Jjg-c
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