Mano saliendo de una tumba.

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El dicho popular dice que hay que tenerles más miedo a los vivos que a los muertos.

Pero no fue el caso de los habitantes medievales de un pequeño pueblo en el norte de Inglaterra, quienes le tenían tanto miedo a los muertos que cortaron, rompieron y quemaron sus esqueletos para asegurarse de que no salieran de sus tumbas a perseguirlos después de muertos.

Arqueólogos de Historic England y la Universidad de Southampton estudiaron 137 pedazos de huesos humanos rotos, encontrados en pozos del pueblo de Wharram Percy, en Yorkshire Norte.

Los huesos datan del periodo entre el siglo IX y el XIV y fueron mutilados deliberadamente después de la muerte.

Los científicos creen que la intención era evitar que "los cadáveres se levantaran de sus tumbas, propagando enfermedades y agrediendo a los vivos".

La investigación, publicada en el Journal of Archaeological Science Reports, se considera la primera evidencia científica de que hubo intentos por evitar que los muertos se levantaran de sus tumbas y caminaran en Inglaterra.

"Lado oscuro"

Los investigadores estudiaron los restos de unas 10 personas y descubrieron que los cuerpos habían sido decapitados y desmembrados.

Las marcas de los cuchillos estaban en su mayor parte en la zona de la cabeza y el cuello, pero también había evidencia de quemaduras en partes del cuerpo y rotura deliberada de algunos huesos después de la muerte, dijo el equipo.

Sin embargo, el equipo descartó que los restos hayan sido canibalizados por aldeanos hambrientos, ya que no había pruebas de que las marcas de cuchillo se agruparan alrededor de grandes apegos musculares o articulaciones.

"La idea de que los huesos de Wharram Percy son restos de cadáveres quemados y desmembrados para evitar que salieran de sus tumbas parece encajar mejor con la evidencia", asegura Simon Mays, biólogo experto en esqueletos humanos de Historic England.

Según el científico, el hallazgo "nos muestra un lado oscuro de las creencias medievales y nos proporciona un recordatorio gráfico de lo diferente que era la visión medieval del mundo".

Un análisis de los dientes reveló que los muertos crecieron cerca de donde fueron enterrados, disipando la sugerencia de que eran extranjeros.

Wharram Percy fue una próspera comunidad medieval, cuya economía se fundaba en la cría de ovejas. Sin embargo, cayó en desgracia con la peste negra y finalmente fue completamente abandonada en el siglo XVI.