El presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, pidió a su homólogo de Estados Unidos, Donald Trump, que "evalúe la opción" de deportar al expresidente Alejandro Toledo hacia Perú para que sea sometido a la justicia peruana.
Sobre Toledo pesa una orden de detención nacional e internacional por supuestamente haber recibido un soborno de U$20 millones del gigante brasileño de la construcción Odebrecht.
La fiscalía peruana lo acusa de los delitos de lavado de dinero y tráfico de influencias y la justicia ha ordenado 18 meses de prisión preventiva contra él.
Toledo niega haber cometido ningún delito y, aunque se desconoce su paradero, se cree que podría estar en San Francisco.
El expresidente de Perú entre 2001 y 2006 es profesor visitante en la Universidad de Stanford, con sede entre San José y San Francisco, y su esposa, Eliane Karp, tiene ciudadanía israelí.
Durante el domingo se pensó que Toledo podría estar a bordo de un avión con destino a Israel, pero las autoridades de este país dijeron que no permitirían la entrada a su territorio del expresidente.
A través de su cuenta de Twitter Toledo negó estar huyendo.
"Nunca me he fugado de nada", dijo en un comunicado el domingo por la noche.
"El juzgado en Lima no solicitó mi testimonio para ayudar en la investigación. Al contrario, me acusó directamente de crímenes que no he cometido y que el juzgado no puede comprobar", afirmó.
Estados Unidos no ha emitido una orden de arresto contra Toledo y ha pedido más información a las autoridades peruanas sobre las acusaciones que pesan contra el expresidente, le dijo a Reuters el ministro de Interior de Perú, Carlos Basombrio.
Una recompensa de USUS$30.000 se ofrece por cualquier información que facilite la captura de Toledo.