La diva logró superar con altura un momento embarazoso en un concierto en Montreal, Canadá, cuando la cabellera se le enredó en las aspas de un ventilador.

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Beyoncé logró superar con diligencia un momento embarazoso en un concierto en Montreal, Canadá, cuando la cabellera se le atoró en las aspas de un ventilador.

La estrella pop estaba cantando "Halo" cerca del público cuando ocurrió el incidente.

Fiel al principio de que "el show debe continuar", siguió cantando mientras los empleados de seguridad trataban de sacarla del ventilador, montado en el borde del escenario.

La diva no se detuvo ni un instante en su interpretación pese a lo peligroso del incidente.

Varias personas grabaron el episodio con sus teléfonos y cámaras. Por suerte no pasó a mayores, la cantante, de 31 años, pudo separarse del artefacto y continuó con el concierto.

Más tarde, la estrella pop bromeó al respecto en las redes sociales.

En su cuenta de Instagram publicó una nota escrita a mano con la letra de la canción modificada, donde decía: "La gravedad no puede sacarme del ventilador".

La cantante está realizando una gira mundial llamada "Mrs. Carter Show", que comenzó en Belgrado en abril y se prolongará hasta diciembre.

Otros papelones

Beyoncé y Jay-Z

Beyoncé y su marido, el rapero Jay-Z, dieron que hablar fuera del escenario cuando visitaron Cuba en abril.

Beyoncé no es la primera estrella de sufrir un momento crítico sobre el escenario.

Bono, el cantante del grupo irlandés U2, quedó atascado en el interior de un limón gigante mecánico durante un concierto en Noruega durante su gira "Popmart" en 1997.

El grupo estadounidense Fleetwood Mac puso un pingüino inflable de más de 20 metros de altura en un escenario en 1977, con la intención de que se eleve desde el fondo del escenario y volara sobre el público. Pero nunca se infló completamente y quedó desparramado en el escenario.

Mientras tanto, Ozzy Osbourne pasó un momento de horror cuando una catapulta funcionó mal en 1981 durante su gira "Diary Of A Madman". El artefacto, que le lanzaba carne a la audiencia, se accionó por error y le disparó en la cabeza vísceras de animales.

A Michael Jackson se le quemó el pelo en 1984 durante la filmación de un comercial de Pepsi.