Feria de armas en Nueva York, EE.UU.

La demanda de silenciadores para uso privado ha crecido en EE.UU.

En las películas de Hollywood los usan asesinos a sueldo o espías. Pero en la vida real están cada vez más en manos de la gente común.

Según las últimas cifras oficiales, la venta de silenciadores para armas de fuego se han disparado en Estados Unidos en los últimos tiempos.

El número de estos dispositivos registrados aumentó nada menos que un 38% entre 2014 y 2015.


Junio fue un mes récord en la venta de armas.

Así lo informó la dependencia del gobierno que regula y monitorea este sector, la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés).

De acuerdo con esta dependencia del Departamento de Justicia de EE.UU, en marzo de 2014 había unas 571.000 licencias para silenciadores.

Pero en febrero de 2015 se superó la marca de las 792.000 unidades, cifra que muestra bien la magnitud del fenómeno.

¿A qué se debe este fuerte incremento?

¿Es algo repentino o la explosión de una tendencia que ya se insinuaba?

Menos restricciones…

Los analistas en EE.UU. coinciden en que el levantamiento o el alivio de las restricciones para el uso de silenciadores en numerosos estados han dado un fuerte impulso a la industria de los silenciadores.


Los precios de los silenciadores varían mucho: los que reducen más el sonido del arma pueden superar los US$2.000.

Estos dispositivos son, en la actualidad, legales en 41 estados.

"Los silenciadores se han vuelto más comunes y aceptados", le comentó a la prensa Josh Waldron, presidente de SilencerCo, una de las mayores empresas que fabrican y venden silenciadores en el país, con sede en West Valley City, Utah.

"Podría decirse que, en general, hay una creciente familiaridad con las armas en EE.UU. y que eso se refleja en la tendencia de que cada vez más estados relajen las condiciones para otorgar licencias", le comenta a la BBC Jennifer Dawn Carlson, una socióloga estadounidense que da clases en la Universidad de Toronto, en Canadá.

… más armas

El interés de los estadounidenses por comprar silenciadores se ha intensificado, también, de la mano de un marcado aumento de la demanda de armas en el último año.

Silenciadores

En cifras

  • 41 Número de estados que permiten el uso de silenciadores

  • US$200 El impuesto que debe pagar el comprador

  • 9 meses El tiempo que puede demandar la aprobación del permiso de uso

Según datos del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés), las verificaciones de antecedentes para la compra de armamento -un indicador de las ventas- alcanzaron la cifra récord de 1,53 millones de solicitudes tan sólo en junio.

Esto significa un incremento del 11% en comparación con el mismo mes de 2014.

Se trata del mayor volumen registrado en junio desde 1999, año en el que el FBI comenzó a contabilizar esta variable.

El portavoz de la Fundación Nacional de Deportes de Tiro, Michael Bazinet, explicó que este incremento se debe, en parte, a un mayor influjo de las mujeres y compradores primerizos en el mercado de las armas.

Asimismo, muchas grandes compañías del ramo, como Smith & Wesson, están cambiado el diseño de los cañones de las pistolas y los revólveres para que los silenciadores sean mucho más fáciles de enroscar.

Esto ha contribuido a ampliar el rango de potenciales consumidores más allá de los compradores "especializados".

Costos para el comprador

Claro que comprar un silenciador no es barato en EE.UU.

Los "supresores" -como también se los conoce en ese país- pueden llegar a costar la friolera de US$2.500, dependiendo de cuánto reduzcan el ruido del arma. Los más baratos tiene un valor de varios cientos de dólares.


Obama ha dicho que quiere un mayor control de armas en EE.UU.

"Es un error común pensar que los silenciadores eliminan el sonido del disparo", explica la Asociación Estadounidense de Supresores (ASA, por sus siglas en inglés) en su página de internet.

"Simplemente ahogan el sonido de las armas de fuego al atrapar los gases que se expanden y permitir que estos se enfríen lentamente".

De ahí que, cuanto mejor cumplan esta función, más caros son.

A ese costo debe sumarse un impuesto de US$200 que el comprador debe pagar al solicitar el permiso para usar el silenciador.

Para ello debe enviar a la ATF, además del tributo correspondiente, una foto actual y la impresión de sus huellas digitales.

El procesamiento de la autorización puede tomar hasta nueve meses.

Verificación de antecedentes

Esta demora se debe a que las regulaciones federales exigen una verificación de antecedentes más estricta para los silenciadores que para las armas.

De modo que obtener el permiso no es fácil.

En cambio, comprar -por ejemplo- una pistola requiere un chequeo de antecedentes mucho más sencilla: se muestra una identificación con foto en el negocio y este envía un formulario electrónico a la ATF. Todo este proceso puede completarse en unos 20 minutos.

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Por eso, los fabricantes de silenciadores ya han lanzado una campaña con el fin de agilizar la autorización para usar estos dispositivos.

Sin embargo, la creciente popularidad de los silenciadores y la posibilidad de que se relajen aún más las restricciones son una mala noticia para los sectores que, con el presidente Barack Obama a la cabeza, promueven un mayor control de armas tras una de ola de tiroteos mortales en varios puntos del país.

Uno de los incidentes que más conmoción ha causado recientemente fue la masacre de Charleston, en Carolina del Sur, donde Dylann Roof, un joven con ideas supremacistas, mató a nueve personas negras al abrir fuego en una iglesia.

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