Dibujo

La concha fue hallada por un paleontólogo holandés alrededor de 1890.

Tiene de forma de zigzag y fue grabado hace más de 400.000 años en una concha hallada en Indonesia.

Así es el primer dibujo de la humanidad, según afirma un nuevo estudio publicado por un equipo internacional de arqueólogos en la revista Nature.

Y, explican, el autor de este garabato fue probablemente el Homo erectus, ancestro de los seres humanos.

Es decir, el trazo fue realizado unos 300.000 años antes de que los primeros miembros de nuestra especie comenzaran a hacer dibujos.

El Homo erectus salió de África hace dos millones de años y pudo haber llegado hasta la isla de Java, antes de extinguirse hace aproximadamente unos 140.000 años.

La mayoría de los paleontólogos consideran que esta especie es un ancestro directo de los humanos y de los neandertales.

Cambio radical

"Es un hallazgo espectacular y tiene el potencial de cambiar radicalmente la forma en que entendemos al Homo primitivo", le dijo a Nature Nick Barton, un arqueólogo de la Universidad de Oxford que no participó en la investigación.

Lo que ocurre es que un dibujo con un patrón geométrico como el que se ve en la concha requiere de un pensamiento complejo, y durante cientos de años, se creía que solo el Homo sapiens era capaz alcanzar este nivel de complejidad.

Este estudio indica que, posiblemente, otros humanos más primitivos podían llegar a tener capacidades similares a las del Homo sapiens.

 

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Olvidado en el museo

La concha, de una especie de almeja de agua dulce, fue encontrada alrededor de 1890 por el paleontólogo holandés Eugene Dubois en una zona del este de Java, Indonesia, llamada Trinil.

Concha

La concha, de una almeja de aguas dulces, muestra un agujero hecho también por un Homo erectus.

Allí, Dubois descubrió el primer fósil de Homo erectus y otros antiguos huesos humanos.

De regreso a su país, el paleontólogo trajo consigo decenas de conchas presentes en el sitio de la excavación.

Estas fueron examinadas en los años 30 y luego fueron a parar a un depósito del museo de Leiden, en los Países Bajos.

Fue gracias a una investigación de la bióloga Josephine Joordens, de la Universidad de Leiden, que las conchas se convirtieron otra vez en objeto de estudio.

"La gente no había visto antes el grabado porque es apenas visible", le explica Joordens a Nature.

"Se destaca sólo cuando la luz proviene de cierto ángulo", añade.

 

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¿Arte?

Todo parece indicar que el grabado fue hecho de manera intencional.

¿Pero podemos calificar el dibujo de arte?

"Miramos todas las posibilidades, pero, al final, tenemos certeza de fue hecho por un agente que lo hizo de forma delibrada, con un implemento muy filoso", dice la investigadora.

Pero ir más lejos es difícil.

"Si no conoces la intención de la persona que lo hizo, resulta imposible llamarlo arte", concluye Joordens.

 

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