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El nuevo tratado fue firmado en una ceremonia a la que asistieron los reyes de ambos países y sus cancilleres.
Los conflictos territoriales a menudo conducen a cruentas guerras, pero esta semana Bélgica y Holanda lograron solucionar un largo problema fronterizo sin disparar una sola bala.
En una ceremonia el lunes a la que asistieron sus reyes, ambos países firmaron un nuevo tratado de intercambio territorial con el cual ahora Holanda es unos 100.000 m2 más grande.
Bélgica le cedió a su vecino la tierra ubicada a lo largo del río Mosa, que trazaba la frontera entre ambos. Y, a cambio, Bruselas recibió unos 30.000 m2 de Holanda.
Todo comenzó con el hallazgo de un cadáver decapitado.
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La línea blanca muestra la frontera original que dividía a Bélgica (izq) y Holanda (der) a lo largo del rio Mosa.
La frontera original, establecida en el Tratado Maastricht que ambas naciones firmaron en 1843, sigue la confluencia del sinuoso río Mosa.
Pero en 1961, el límite fronterizo fue reconfigurado para propósitos de navegación.
Y durante el proceso, cerca de la ciudad holandesa de Eijsden, tres pequeñas penínsulas que pertenecen a Bélgica quedaron del lado del río que dominado por Holanda.
Esto ha significado una pesadilla jurisdiccional para Bruselas. Y se dice que desde hace tiempo las autoridades de ambos países estaban preocupadas porque el lugar se había convertido en un refugio de narcotraficantes y redes de prostitución.
Desafío de investigación
Hace unos cuatro años unos transeúntes descubrieron un cadáver decapitado en una de las penínsulas. Cuando reportaron el hallazgo a las autoridades holandesas, éstas dijeron que no tenían autorización para investigar el hecho porque no era su territorio.
Por su parte las autoridades belgas, para llegar allí por tierra debían tener un permiso especial para cruzar por territorio holandés.
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El rio Mosa tiene una longitud de 950 km y atraviesa tres países: Francia, Bélgica y Holanda.
La única alternativa era ir por el río.
Pero en las penínsulas no hay zonas adecuadas para el atraque de los barcos de manera que la investigación se convirtió en un enorme desafío, como le dijo a la agencia AP el comisionado de policía de la región de Bajo Mosa, Jean-Francois Duchesne.
"Debimos ir allí por barco con todo (el equipo) que era necesario: el fiscal, el médico forense, el laboratorio judicial. Tuvimos que hacer viajes de ida y vuelta a través del río", dijo.
"Realmente no fue nada práctico".
Y como no había zonas adecuadas para atracar, "tenías que saltar desde el bote a la orilla. Tenías que estar en buena forma para hacerlo", recordó el comisionado belga.
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El tratado fue firmado en Amsterdam durante una visita de tres días de los reyes de Bélgica a Holanda. En la imagen el rey Filip de Bélgica (izq) y el rey Willem-Alexander.
Después de un difícil ir y venir a través del río, ambos países acordaron que era necesario llegar a una solución.
La solución fue el nuevo acuerdo firmado el lunes con el cual las penínsulas, cuya área equivale a unas 15 canchas de fútbol, ahora pertenecen a Holanda.
"Cooperación transfronteriza"
El canciller holandés, Bert Koenders, describió el tratado como "un gran ejemplo de cooperación transfronteriza" sin el uso de armas.
"Hemos demostrado que Bélgica y Holanda han logrado como buenos vecinos adaptar sus fronteras de forma pacífica", declaró en la ceremonia de firma.
Su contraparte belga, Didier Reynders, declaró que el acuerdo refleja "el excelente" estado de las relaciones entre ambas naciones y muestra que las fronteras también pueden modificarse pacíficamente.
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Para los agentes de protección civil belgas la investigación del asesinato en el territorio se convirtió en un enorme desafío.
Y secretario de la municipalidad de Visé en Bélgica, Charles Havard, explicó que el tratado facilitará el combate del crimen en la zona que se había convertido en "un área sin ley".
"No hay ninguna casa en esta zona, no estamos perdiendo a un solo residente", dijo.
"Era casi imposible que la policía belga tuviera acceso a estas pocas hectáreas. Tenían que atravesar territorio holandés para hacerlo".
"Para que nuestros policías pudieran llegar hasta allí vía Bélgica, tenían que ir en barco sin ninguna posibilidad para atracar. Claramente era una área sin ley", dijo.
A cambio de las penínsulas Bélgica, por su parte, recibió una porción de tierra más pequeña que forma parte de un enorme sistema de esclusas en el río.
La nueva frontera, que ahora seguirá la línea media del rio Mosa, será puesta en vigor el 1 de enero de 2018.