Una mujer estadounidense que pasó más de dos décadas en el corredor de la muerte tras haber sido declarada culpable del asesinato de su hijo fue puesta en libertad por falta de pruebas.

Debra Milke, sin embargo, no ha sido exonerada y enfrentará un nuevo juicio.

Un juez de Arizona revocó su condena en marzo de este año luego de que se plantearan preguntas acerca de un exdetective de la policía que había declarado que Milke le había confesado su crimen. Se determinó que ese detective mintió bajo juramento en otros cuatro casos, y más tarde fue suspendido por aceptar favores sexuales.

Debra Milke, de 49 años, fue liberada después de que donantes europeos pagasen una fianza de US$250.000. Su madre, que es alemana, ha mantenido que su hija es inocente.

Se reportó que los donantes en Suiza, donde la madre de Milke vive, han hecho contribuciones por las dudas que su culpabilidad ha generado, además de que se oponen a la pena de muerte.

En 1990 Milke fue declarada culpable de planificar junto a dos cómplices el asesinato de su hijo de cuatro años de edad, supuestamente para cobrar un seguro de US$5.000.

El caso

Cuando Milke tenía 25 años de edad y trabajaba para una compañía de seguros, fue acusada de entregar su hijo a dos sujetos, que lo llevaron al desierto y le dispararon. Previamente, la imputada supuestamente vistió al niño con su disfraz favorito y le habría dicho que iba a ver a Santa Claus en el centro comercial.

Roger Scott y James Styers fueron condenados en el caso. Ninguno de los dos testificó en el juicio que se le siguió a Milke.

El exesposo de la acusada, Arizona Milke, ha mantenido que está convencido de su culpabilidad. Milke le dijo a la agencia de noticias Associated Press el viernes que cree que su exesposa es culpable.

La fiscalía planea pedir la pena de muerte contra Milke otra vez en el nuevo juicio que se prevé para el 30 de septiembre.

Milke estará en libertad bajo fianza mientras los fiscales preparan un nuevo juicio.