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Tom Pérez se desempeñó como secretario del Trabajo durante la administración de Barack Obama.
El Partido Demócrata en Estados Unidos, todavía dividido por la impactante derrota que sufrió en las pasadas elecciones presidenciales frente a Donald Trump, eligió a Tom Pérez como su nuevo líder.
Pérez, quien se desempeñó en la pasada administración de Barack Obama como secretario del Trabajo, es el primer latino que ocupará el liderazgo demócrata.
Pérez logró ganar una reñida segunda ronda de votación en la reunión del Comité Nacional Demócrata (DNC) en Altanta el sábado y obtuvo la victoria con un estrecho margen frente Keith Ellison, diputado de Minnesota.
Tom Pérez, de 55 años, es hijo de inmigrantes dominicanos.
Creció en Buffalo y ha desempeñado una serie de cargos públicos estatales y federales.
En su discurso de victoria le dijo al partido que los demócratas enfrentan una crisis de confianza después de la elección de Donald Trump, a quien describió como "el peor presidente" en la historia de Estados Unidos.
Y pidió reconstruir al partido desde las comunidades.
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Trump dijo en un tuit: "Felicitaciones a Thomas Perez, quien acaba de ser nombrado presidente del DNC. ¡No puedo estar más contento por él o por el Partido Republicano!".
Pero tal como señalan los corresponsales, Pérez, enfrenta una dura batalla para unir a un partido asolado por divisiones entre los jóvenes progresistas liberales, quienes eran escépticos de Hillary Clinton, y los miembros más tradicionales del Partido Demócrata.
"Tengo confianza en que cuando guiemos con nuestros valores y guiemos con nuestras acciones, tendremos éxito", dijo Pérez a los delegados
"De esto se ha tratado siempre el Partido Demócrata, y esto es lo que continuaremos siendo", agregó.
Y señaló que aunque la inauguración de Trump el 20 de enero "fue un día indudablemente importante", las protestas masivas que siguieron fueron "mucho más importantes para Estados Unidos"
Sin embargo, reconoció que el Partido Demócrata estaba "sufriendo una crisis de confianza, una crisis de importancia".
Su contrincante, Keith Ellison, el primer musulmán elegido representante en el Congreso de Estados Unidos, estaba apoyado por el senador Bernie Sanders.
Y después de que se conoció la victoria de Pérez, el DNC rápidamente nombró a Ellison como vicepresidente del partido y urgió a los delegados a mostrarse unidos y apoyar al nuevo líder.
Análisis de Anthony Zurcher, corresponsal de la BBC para América del Norte
Se le consideró como una batalla entre los representantes de progresistas y moderados dentro del Partido Demócrata.
Los revolucionarios políticos que apoyaron a Bernie Sanders en las primarias de 2016, apoyaron en su mayoría a Keith Ellison.
Los miembros más establecidos que apoyaron a Hillary Clinton favorecieron al exsecretario del Trabajo, Tom Pérez.
Incluso hubo escenas en las que explotó la rabia que recordaron la reciente lucha por la nominación, con voces prominentes en ambos lados amenazando con abandonar el partido si ganaba la oposición.
Al final, volvió a ganar otra vez el candidato apoyado por los miembros establecidos.
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Simpatizantes de Keith Ellison (de verde) y de Tom Pérez (azul) expresaron sus diferencias durante la reunión del DNC.
A pesar del drama, el presidente del Comité Nacional Demócrata, es más alguien que funciona como organizador tras bambalinas, que como figura ideológica.
Con el partido aún lamiéndose las heridas tras la derrota presidencial y las extensas palizas que sufrió a nivel estatal en gran parte de Estados Unidos, Pérez enfrenta un largo y arduo trabajo, que generalmente deberá hacer fuera del foco de atención.
Debe empezar por lanzar la recaudación de fondos para el partido y reclutar a candidatos competentes para la votaciones a la mitad del período de gobierno en 2018.
También debe establecer las bases para la carrera de las nominaciones presidenciales, que al parecer serán muy reñidas y abiertas.
Si Pérez tiene éxito, los candidatos ganadores se llevarán el crédito.
Si fracasa, el hacha caerá rápidamente sobre él. Lo que está en juego para los demócratas es enorme, y la presión que enfrenta Pérez para tener éxito ya comenzó.