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Los girasoles del desierto son algunas de la plantas que germinan en el Valle de la Muerte durante la "Super Floración".
Una suave alfombra de flores amarillas, violetas, rosadas y rojas cubre el paisaje lunar del Valle de la Muerte, el lugar más árido de América del Norte.
Situado en el este de la Sierra de Nevada, recibe apenas 50 milímetros de lluvia anual como promedio y en 1913 registró la temperatura más alta de que se tiene noticias en el planeta: 56,7 grados centígrados.
El sitio más caluroso del planeta
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La phaecelia, aunque bonita, puede provocar una erupción cutánea.
Muy pocas plantas crecen habitualmente en la zona, ubicada 86 metros por debajo del nivel del mar entre el desierto de Mojave y la Gran Cuenca.
Pero en octubre cayeron 76 mm de lluvia, todo un récord en la zona.
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Miles de turistas acuden al Valle de la Muerte atraídos por la "superfloración".
Los torrenciales aguaceros han sido vinculados al fenómeno climatológico El Niño, que consiste en el calentamiento de la región centro y centro este del Pacífico ecuatorial y provoca un aumento de las precipitaciones en las costas de ese océano.
Resuelven el misterio de las rocas viajeras del Valle de la Muerte
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Esta "superfloración" es también una de las más variadas en cuanto a especies de florecillas.
De modo que "El Niño" es responsable del florecimiento de unas 20 plantas silvestres en la zona, que se dividen los estados de Nevada y California.
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Las alfombras de flores en el Valle de la Muerte nos hacen olvidar que este es el lugar más árido de América del Norte.
El fenómeno, bautizado como la "superfloración", atrae a miles de turistas al valle, que es también un Parque Nacional de Estados Unidos.
Las semillas de las flores silvestres permanecen en estado latente durante la mayor parte del año. Si germinan, las flores viven muy corto tiempo.
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Las flores crecen incluso en medio de las grietas del suelo árido.
En 1998 y 2005 también se produjeron "superfloraciones" y en ambos casos estuvieron vinculadas a El Niño.
En octubre, el desierto de Atacama, en Chile –el lugar más seco de la Tierra– también floreció por primera vez en dos décadas a causa de las lluvias asociadas a ese trastorno en los patrones del clima.