Con cinco millones de personas participando de la fiesta callejera (977.000 de ellas turistas), según la Alcaldía de Río de Janeiro, la ciudad se ha vuelto un espectáculo surrealista en el cual cada uno se disfraza de lo que quiere.

Se trata de indumentarias más simples que las que usan lasescolas de samba profesionales para su clásico desfile por el Sambódromo, y quizá también más espontáneas.

En una recorrida por algunos de los más de 450 blocos o comparsas que desfilan por los barrios cariocas, BBC Mundo descubrió a un bebé enorme disfrutando de la fiesta junto al Chavo del 8 y la Chilindrina, Chaplin, Blancanieves, Frida Kahlo y algunos más.