En áreas que son controladas por el autodenominado grupo radical Estado Islámico el castigo por hablar con los medios internacionales es ser decapitado, así que se necesita del coraje que tuvo Mohammed (no es su nombre real) para relatar, en forma de diario, sobre la vida cotidiana en Raqqa, la que es considerada la capital de EI.

Después de ver amigos y familiares mutilados y ejecutados, la vida en comunidad destrozada y la economía local en ruinas por los militantes extremistas, Mohammed cree que está en pie de lucha al contarle a la BBC qué es lo que ocurre en su ciudad.

En este primer capítulo, Mohammed relata cómo fue la llegada de Estado Islámico y cómo fueron esos primeros días bajo el régimen del grupo radical.