Dennis Christensen, el danés Testigo de Jehová que enfrenta 10 años de prisión en Rusia acusado de pertenecer a una "organización extremista"
Dennis Christensen llegó con su esposa, abrió el local donde se reunirían integrantes de los Testigos de Jehová y se preparó para predicar. Horas después estaba preso.El 25 de mayo de 2017 en la ciudad de Oryol, 360 kilómetros al sur de Moscú, la policía y agentes del servicio secreto ruso confiscaron en una redada una Biblia, literatura religiosa, laptops y discos duros. Y se llevaron a Christensen.A 11 meses de su detención, Christensen —danés de 46 años— sigue encarcelado y su juicio comienza este martes. Si es declarado culpable de los cargos de organizar actividades de una "organización extremista", podría ser condenado a hasta 10 años de prisión.Ello porque un mes antes de su detención, la Corte Suprema de Rusia prohibió la labor de la organización, que tiene 395 centros y algo menos de 200.000 seguidores en el país.
Las autoridades consideran que el movimiento religioso cristiano es una "amenaza para los derechos de los ciudadanos, el orden social y la seguridad pública".Los Testigos de Jehová son una organización religiosa internacional que comparte preceptos de otras corrientes no ortodoxas del cristianismo, pero que basa sus creencias en una versión propia de la Biblia.Sus seguidores reconocen el sacrificio de Jesús, que, según el sitio oficial de los Testigos de Jehová, "vino a la Tierra para servir de ejemplo a los hombres, y después de muerto pasó a gobernar el reino de Jehová (Dios) en los cielos", pero no "adoran" a Jesús.Tras la prohibición, Christensen continuó sus labores en el país con la organización. Contaba con un permiso de residencia desde 2000 y, de acuerdo con su abogado, los cargos a los que se enfrenta derivan también de otros incidentes previos. En febrero del año pasado, cuando participó en las discusiones sobre una publicación religiosa y en otra oportunidad por ayudar a mantener lugares de culto y por persuadir a otras personas para que sumen a la organización."Ya no hay lugar seguro"
Organizaciones de derechos humanos cuestionaron el encarcelamiento de Christensen y pidieron que sea liberado."Las autoridades rusas están buscando castigar a un Testigo de Jehová por ejercer su derecho a practicar su religión", aseguró Rachel Denber, directora adjunta de Europa y Asia Central de Human Rights Watch (HRW). "Desde el principio", añadió, "los investigadores han estado deformando la participación pacífica de Dennis Christensen en su fe para que parezca un delito. No hizo nada malo y debería ser liberado".Ahora puedes recibir notificaciones de BBC Mundo. Descarga la nueva versión de nuestra app y actívalas para no perderte nuestro mejor contenido.
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