Protesta contra Trump en la Casa Blanca.Derechos de autor de la imagen
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La asunción de Trump dejó en evidencia la división en la sociedad estadounidense.

En menos de 24 horas, la capital de Estados Unidos fue testigo de las dos caras de un país dividido tras la toma de posesión de Donald Tump como presidente.

Washington D.C. fue el escenario, el viernes, del juramento del republicano en su nuevo cargo, seguido de un desfile multitudinario y varios honores para el flamante dignatario.

Sin embargo, horas después, el corazón político de EE.UU. presenció la primera gran manifestación en contra del nuevo presidente, que tuvo su replica en otras ciudades del país y del mundo.

Según la periodista de la BBC Katty Kay, el contraste fue tal que "en el espacio de 24 horas, Washington fue escenario de dos Estados Unidos".

"Los partidarios del presidente Trump llegaron sintiendo que acababan de recuperar su país. Los manifestantes en la marcha de las mujeres de este sábado sintieron que han perdido el suyo", explicó.

Tres millones

La otra cara de la multitud que ovacionó a Donald Trump el viernes, mientras juraba como presidente frente al Capitolio, fue la inmensa marcha del sábado que tomó las calles de Washington y colapsó toda la ciudad con mensajes de repudio al mandatario, al que acusan de sexista y misógino.

¿Cómo es posible tremendo contraste?

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Más de 200 personas fueron arrestadas por disturbios en el primer día de la presidencia de Trump.

Barack Obama no sólo fue el primer presidente afroestadounidense, también fue uno de los que más hizo por ampliar los derechos de las minorías, las mujeres y la comunidad gay.

Sin embargo, algo que Obama casi nunca reconoció en público es que Estados Unidos no era tan progresista como él predicaba y parte del país se sigue oponiendo a asuntos como el aborto o al matrimonio igualitario.

"El ánimo en la marcha (de las mujeres) era decididamente alegre, había hombres, niños y muchísimas mujeres. (…) Pero el mensaje subyacente era claro: el Estados Unidos liberal acaba de ser expulsado del poder", explica Katty Kay.

Medios estadounidenses estiman que 600.000 personas participaron en la protesta en Washington D.C., 500.000 en Los Ángeles, otras 400.000 en Nueva York, 250.000 en Chicago y 100.000 en Boston.

En total se calcula que fueron tres millones de personas en todo el territorio estadounidense.

Las marchas no sólo se realizaron para repudiar a Trump, "sino a toda su visión del mundo", señala Kay.

No son sólo las mujeres

El triunfo de Trump dejó en evidencia que Estados Unidos no es el país a la vanguardia los derechos civiles, abierto a los inmigrantes y mucho menos feminista que algunos suponían bajo el gobierno de Obama.

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Millares de personas asistieron al juramento presidencial de Trump.

Más de un analista señaló que justamente la agenda liberal demócrata le costó la elección a Hillary Clinton.

Con la victoria de los republicanos más conservadores en las urnas, al sector más liberal en Estados Unidos no le quedó más alternativa que manifestar su rechazo en las calles.

Kay señala que las marchas del sábado "no se limitaban a protestar por los problemas de las mujeres, sino que también estaban en la agenda asuntos como el cambio climático, la sanidad o derechos de los latinos, musulmanes y otras minorías".

Son dos visiones enfrentadas de EE.UU. y del mundo a las que no les queda más opción que convivir bajo la presidencia de Donald Trump.

Y todo lo que esto conlleva recién empieza.