Cuán poderoso sería el Área de Libre Comercio de las Américas y por qué nunca se concretó
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Iban por más
La primera Cumbre de las Américas tuvo lugar en Miami entre el 9 y el 11 de diciembre de 1994. El mandatario estadounidense y anfitrión de la reunión era Bill Clinton, quien apenas meses antes había conseguido la ratificación por el congreso de su país delTratado de Libre Comercio de América del Norte, más conocido por sus siglas en inglés, NAFTA, y que integraba a las economías de Estados Unidos, Canadá y México.Pero Clinton quería más, y en América Latina tenía una audiencia en ese momento receptiva a su mensaje de libre comercio.Ola neoliberal
Estaba en pleno furor lo que se dio por llamar en su momento el Consenso de Washington, al que sus detractores llamaban entonces la "fiebre neoliberal". Mandatarios como Alberto Fujimori en Perú, Carlos Menem en Argentina y muchos otros desmantelaban sistemas de protección estatal a la economía que llevaban décadas funcionando. Prometían que el libre comercio sería lo que sacaría de la pobreza a América Latina, que apenas salía del desastre económico causado por la crisis de la deuda externa en la década de 1980.Un gigante económico
De haberse concretado, el ALCA se habría convertido en un gigante económico, la mayor zona de libre comercio del mundo. Habría abarcado una población de 800 millones, cerca de 300 millones más que la Unión Europea y 200 millones más que la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN, por sus siglas en inglés).Según las proyecciones, para 2005, cuando debía entrar en vigor el ALCA, el producto interno bruto de la región latinoamericana integrada a ese bloque iba a ser de alrededor de los US$2.500 billones.Sus proponentes aseguraban que el libre comercio continental aumentaría de manera sustancial el crecimiento de todas esas economías.El ALCA abarcaría hoy, con el mercado de Estados Unidos, Canadá y Brasil, a la primera, la octava y la décima mayores economías del mundo.El bloque económico habría tenido las mayores reservas petroleras del mundo, al juntar las de Venezuela con las de México, Estados Unidos y Canadá.También agruparía a los países que hoy ocupan el segundo, séptimo, noveno y décimo puesto en la producción mundial de automóviles. A los niveles de producción actuales, Estados Unidos, México, Canadá y Brasil en su conjunto producen más de 20 millones de automotores al año.El ALCA habría tenido un enorme poderío comercial. Pero muchos dudan que el acuerdo hubiese resultado en un aumento generalizado de bienestar para todos los latinoamericanos. O incluso, que hubiese sido alguna vez una perspectiva realista para los países de la región. "Las intenciones de Estados Unidos en la década de 1990 eran protegerse de las amenazas económicas de sus rivales como Europa Occidental y Japón", le dice a BBC Mundo Hiroyuki Tani, investigador de la Universidad de Sofia en Tokio, quien ha estudiado los procesos de integración económica de la región.Tani asegura que el gobierno en Washington nunca habría abierto completamente sus mercados agrícolas a países latinoamericanos como Brasil y Argentina.Además, algunas naciones sudamericanas miraban su propia opción de integración en Mercosur. México era un caso especial, "por su proximidad con la superpotencia", asegura Tani.Limitaciones
La experiencia más modesta de México con NAFTA, que arrancó al tiempo que se proponía el ALCA, y que ya cumple casi un cuarto de siglo en operación, mostró muchas limitaciones del libre comercio en América Latina.Ahora puedes recibir notificaciones de BBC Mundo. Descarga la nueva versión de nuestra app y actívalas para no perderte nuestro mejor contenido.
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