¿Cruzó o no el gobierno sirio la "línea roja" declarada por Estados Unidos al usar armas químicas contra las fuerzas rebeldes o los civiles en Siria?
La respuesta, de acuerdo a altos funcionarios del gobierno en Washington es: "bueno, quizás".
El secretario de Defensa de EE.UU., Chuck Hagel, afirmó este jueves que "que los organismos de inteligencia pueden confirmar con algún grado de confianza", que Siria ha usado armas químicas.
Pero la Casa Blanca salió al paso indicando que tales evaluaciones no son suficientes. En una carta al Congreso, Miguel Rodríguez, director de la oficina de asuntos legislativos de la Casa Blanca, dijo que "teniendo en cuenta lo que está en juego y lo que hemos aprendido de nuestras experiencias recientes, las evaluaciones de inteligencia por sí solas no son suficientes. Sólo hechos creíbles y corroborados que nos proporcionan un cierto grado de certeza guiarán nuestras toma de decisiones".
¿Qué es lo que está pasando? Parece que los gobiernos en Occidente tienen una clara noción de que las armas químicas han sido usadas en Siria, pero se niegan a decirlo, sobre todo por la fuerte insistencia de Estados Unidos para que no haya ese tipo de afirmaciones.
Las declaraciones del secretario de Defensa de EE.UU. este jueves son el primer cambio real respecto a esa posición.
¿Por qué tanta precaución al respecto? En parte es debido a que se quiere recopilar la suficiente evidencia tanto cualitativa como cuantitativa para tener un caso sólido contra Damasco.
Consecuencias
Las potenciales consecuencias de llegar a la conclusión de que el régimen de Bashar al Asad usó tales armas son enormes.
Pero ahora hay un segundo problema. Esta bien establecer líneas rojas y advertencias de profundas consecuencias si son cruzadas, pero ¿qué debería hacerse?
Con todo estos discursos sobre "líneas rojas" ¿Estaba Washington amenazando con un ataque aéreo a gran escala contra la infraestructura siria que alberga estas armas químicas en el caso de que hubiesen sido usadas?
¿Está Estados Unidos realmente listo para involucrase directamente en un conflicto armado con el régimen de Asad? O ¿Es que Asad considera las amenazas de Washington vacías? En asuntos políticos nada es simple.
Estados Unidos y sus aliados ya han pasado antes por el problema de embarcarse en conflictos armados sobre la base de evidencia imprecisa en Irak.
La prueba de fuego de las evidencias esta vez debe ser más clara y quizás, con la excepción de ese general israelí, los aliados de Washington se niegan a poner al gobierno de Obama con todos los reflectores apuntándolo hasta tanto esas pruebas sean indiscutibles y claras.