Dos artistas están utilizando el zumbido de mosquitos para crear un sonido que, dicen, es una tregua entre los humanos y estos insectos considerados "el enemigo". ¿Es arte?

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Tras leer un estudio científico sobre la habilidad de los mosquitos para encontrar a su pareja adecuada a partir de tonos determinados, dos artistas han montado un espectáculo utilizando la capacidad de estos insectos para crear sonido y "afinar".

Robin Meier y Ali Momeni cuentan que todo nació de su intención de crear una "tregua" entre la gente y los mosquitos, permitiéndoles a los visitantes el apreciar la belleza de la "canción" de los insectos.

El proyecto es posible gracias a mínimos micrófonos que amplifican el sonido emitido por las alas del mosquito en respuesta a un tono artificial, una melodía propia de la tradición clásica vocal del norte de India, conocida como Dhrupad.

Los artistas dicen que el proceso, en el que utilizan cera de abejas para "pegar" al insecto a un pequeño cable, no le provoca daño a los mosquitos.

El trabajo, denominado "Tregua: Estrategias para una Computación Post-Apocalíptica", es parte del festival Sonica 2013 que se desarrolla en Glasogow entre el 31 de octubre y el 3 de noviembre.

Interacción

mosquito

Un sistema de micrófonos mínimos permite captar el sonido de las alas de los insectos.

El "espectáculo" incluye a tres mosquitos que, de forma independiente, afinan el "tono" producido por el aleteo de sus pequeñas alitas al sonido generado por una computadora.

Para ello, cada mosquito cuenta con un parlante que le permite escuchar la melodía, los micrófonos, una cámara que capta un primer plano de los "músicos" y una luz que indica los cambios en la amplitud del vuelo del mosquito (lo que permite saber si el "artista" se está agotando de volar).

Según indica la página de internet de Robin Meier, "Tregua está basado en la idea de que cada ser viviente usa su medio ambiente como una herramienta para realizar actividades cognitivas. Como tal, nuestro medio ambiente se vuelve una extensión de nuestro proceso de conocimiento. Así se abre efectivamente el cascarón físico de nuestras mentes para incluir un campo mucho más amplio de interacción".

En el espectáculo, los creadores del proyecto invitan al público a interactuar con los mosquitos en dos formas distintas.

La primera es ofreciendo al mosquito la yema del dedo para posarse, para que el mosquito reconozca la pista de aterrizaje y extienda sus patas para alcanzarla.

La segunda es exhalar aliento sobre el mosquito (una forma literal de "alentar"), ya que el dióxido de carbono de la respiración humana excita y seduce al insecto.

Se pide, eso sí, evitar cualquier presión sobre el insecto o tocar sus alas.