La conclusión está basada en un experimento que analizó el comportamiento de estos animales mediante una prueba llamada "el juego del ultimátum".

Este test, que tradicionalmente se aplica a estudios económicos, examina la manera en la que dos individuos deciden cómo dividir una suma determinada de dinero.

En la versión adaptada, dos chimpancés fueron puestos a prueba: tenían que elegir como repartirse una porción de bananas. El resultado parece haber puesto al descubierto su lado más generoso.

El estudio, publicado en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias (PNAS, por sus siglas en inglés), formó parte de una iniciativa por descubrir las rutas evolutivas de por qué compartimos, incluso cuando no tiene un sentido económico.

Los científicos dicen que esta justicia innata es una base importante de sociedades cooperativas como la nuestra.

Juego limpio

La científica que dirigió el trabajo, Darby Proctor, del Centro Nacional de Investigación de Primates de Yerkes, de la Universidad de Emory (EE.UU.), explicó por qué ella y sus colegas escogieron el juego del ultimátum para su experimento.

Durante el juego, a un participante se le entrega una cantidad de dinero y se le pide que "le haga una oferta" al segundo jugador.

PRIMOS CERCANOS

  • Un intento anterior por comprobar que nuestro sentido de justicia está ligado al de los chimpancés fue publicado en 2007 en la revista Science. Los investigadores de dicho estudio concluyeron que los simios escogerían cualquier recompensa, sin considerar al otro. Pero los autores de este estudio explican que esto puede haber ocurrido porque el test se realizó directamente con comida, que los chimpancés encontraron "difícil de resistir".
  • Mientras que los niños parecen estar dispuestos a compartir con un nuevo compañero de juegos, los primates no humanos parecen limitar su generosidad a parientes cercanos y amigos. Pero no necesariamente los más inteligentes de la especie son los que más comparten. Una investigación reciente publicada en PNAS reveló que los monos capuchinos y los tití estaban entre los primates más generosos, al ofrecer frecuentemente dividir su comida con otros miembros del grupo.
  • Antes de que nos sintamos superiores a nuestros primos primates, tenemos que saber que la tendencia a ser rencorosos parece ser solo nuestra. Un estudio publicado en 2007 en PNAS, señaló que los chimpancés, a diferencia de los humanos, no toman represalias ante ataques o actos ofensivos. Ser rencoroso es un rasgo humano.

Si el segundo participante la acepta, el dinero se divide según corresponde.

Pero si el segundo jugador rechaza la oferta, ambos participantes se quedan sin nada.

Esta es la base de la justicia versus la ventaja económica. De igual manera, si el primer jugador propone una división egoísta y desigual, el segundo puede rechazarla.

Es exactamente lo que ocurre con los seres humanos.

A pesar de que tiene más sentido económico regalar lo menos posible y aceptar cualquier oferta que se propone, las personas tienden a realizar ofertas que se consideran "justas" y a rechazar las propuestas desiguales o "injustas".

Proctor y sus colegas entrenaron a los chimpancés para participar en un juego similar, utilizando fichas de colores para representar recompensas (bananas).

"Tratamos de adaptarlo para que se asemejara al dinero", explicó la investigadora.

"Los entrenamos con dos fichas distintas.Tomar una ficha blanca significaba dividir la comida por igual y la ficha azul conllevaba a que el primer chimpancé obtuviera más comida que el segundo".

Los investigadores le dieron al primer chimpancé la opción de escoger entre ambas, para después ofrecérsela al otro participante.

Al igual que en la versión humana del juego, si el segundo aceptaba la ficha, ambos animales recibían su recompensa.

Tres pares de chimpancés participaron en este juego, y los resultados revelaron que los animales tendían a ofrecer una distribución justa y equitativa de su comida.

En otro experimento, el equipo repitió la prueba con 20 niños entre las edades de dos y siete años. Descubrieron que tanto los niños pequeños como los chimpancés "respondían como lo hacen normalmente los seres humanos adultos", al optar por una división equitativa del premio.

Un pasado compartido

"Nuestro objetivo es descubrir la ruta evolutiva del sentido de compartir de los humanos", afirmó Proctor.

chimpancés

Para adaptar el juego a los chimpancés, se utilizaron fichas que representaban recompensas (comida).

"Tanto los chimpancés como las personas son sumamente cooperativos, se dedican a la caza en conjunto, comparten la comida y cuidan a los hijos de los demás".

"Así que es probable que la justicia haya sido necesaria para la evolución de la cooperación".

"Parece ser que el sentido humano de la justicia ha estado presente en los primates por lo menos desde que los seres humanos y los chimpancés tomaron rumbos distintos".

Por su parte, la doctora Susanne Shultz, de la Universidad de Manchester, subrayó que el estudio era muy interesante y mostraba "la posibilidad de que los chimpancés tengan conciencia del sentido de justicia".

"Es interesante que al cambiar el diseño del estudio, principalmente al no usar recompensas de comida directamente, se dé esta respuesta en los chimpancés", le dijo Shultz a la BBC.

Y dijo que no quedaba claro hasta qué punto los chimpancés entendían la lógica del juego y que, teniendo en cuenta que solo participaron seis simios en el estudio, eran necesarias más pruebas para demostrar con precisión su relación con la equidad.