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Voló desde París pero nadie sabe ni cómo ni por qué llegó hasta Australia.

Cuando A. Mesnier escribió una carta a su mamá en diciembre de 1870 preguntándole si ella y su familia estaban a salvo, París estaba sitiado.

Los prusianos habían asediado la capital, los suministros de alimentos se estaban agotando y las temperaturas habían descendido bajo cero.

El sello mostraba que la carta había sido enviada en plena guerra franco-prusiana y fue recibida por la señora Mesnier justo una semana más tarde.

Mesnier escribió sobre sus esperanzas para la victoria y sobre su frustración por no haber sido enlistado en la milicia ciudadana.

"Tan sólo necesitamos una señal de que te encuentras bien para estar tranquilos", escribió el hombre, de edad desconocida.

"Hasta ahora, el asedio no afectó al estado de nuestra salud", continuaba el manuscrito.

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"Tan sólo necesitamos una señal de que te encuentras bien", le escribía el autor de la carta a su mamá.

"No solemos comer carne y cuando compramos no es mucha, pero podemos pasar sin ese tipo de cosas y nadie en la casa se ha quejado".

"Un abrazo para mi tío y la tía y María, y recibe otro para ti de mi parte, con todo mi corazón, tu devoto hijo", se despedía A. Mesnier.

La carta voló desde París en un un globo aerostático, la única manera por la que era posible en ese momento comunicarse con el resto de Francia.

Pero recientemente –y de manera inexplicable– apareció en Australia.

Y cómo llegó hasta allí continúa siendo un misterio sin resolver.

No obstante, cuando la noticia del hallazgo salió a la luz, un francés apasionado se puso a investigar.

Siguiendo la pista

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Durante el cerco prusiano, el globó aerostático era la única forma de comunicarse con los parisinos.

Todo comenzó cuando Emmanuel Hamel, funcionario en Normandía, Francia, leyó la historia sobre la carta en un periódico local e, inmediatamente, decidió poner en marcha su investigación.

Su primera pista, dijo, fue el nombre de la progenitora de Mesnier y su dirección en Pont-Audemer, Normandía.

Hamel calculó la fecha de la muerte de la señora Meisner y encontró su certificado de defunción en los archivos locales.

Su nombre completo era Julie Stephanie Mesnier.

Pero sería el próximo descubrimiento lo que entusiasmaría a Hamel en su aventura detectivesca.

Husmeando en los archivos, encontró el certificado de matrimonio del hijo de Meisner, Pierre Alexandre, con una mujer en París.

"Mi corazón comenzó a palpitar con fuerza. Sabía que lo había encontrado: ¡La firma del certificado de matrimonio coincidía con la firma de la carta!", dijo Hamel.

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Firmas encontradas en el Archivo Nacional de Australia y el Archivo de París.

Así que A. Mesner, el autor de la carta, era en realidad Pierre Alexandre Meisner, quien fue abogado en el juicio de Napoleón III.

"Es maravilloso tener un sentido de sustancia, al saber que el señor Meisner trabajaba en la corte imperial y que, por lo tanto, tenía gran fervor y compromiso hacia París", le contó a la BBC Louise Doyle, subdirectora general de los Archivos Nacionales de Australia donde se halló el manuscrito.

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En el transcurso de su investigación encontraron el certificado de matrimonio de Pierre Alexandre.

"No podemos tener éxito en todos nuestros ataques, pero tengo la firme convicción, mi buena madre, de que el éxito final será para nuestra justa causa", escribió Mesnier.

El texto tenía unas diminutas medidas de 20 x 13 cm y se podía leer en él par ballon monté (para su entrega por globo aerostático).

Casi dos millones de cartas fueron enviadas de este modo durante el asedio, para eludir al enemigo, pues los cables habían sido cortados.

Pero fuentes de los Archivos Nacionales dijeron que no hay ningún registro sobre cómo esta "misteriosa pieza de historia" llegó a Australia.

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Quién era quién

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La firma coincidía.

Pierre Alexandre Mesnier

  • Nació en 1832 en Beuzeville, Normandía, y se casó con Louise Claire Houllier en 1864
  • Trabajó como profesional jurídico en el juicio de Napoleón III
  • Sus problemas de visión le imposibilitaron enlistarse en la Guardia Nacional francesa

Jules Mesnier

  • Era el hermano pequeño de Pierre Alexandre, nacido en 1840 en Beuzeville
  • En 1909 fundó Phosphate de l’Oceanie (fosfato de Oceanía), una compañía minera que operaba en el oceáno Pacífico

Madame Julie Stephanie Mesnier

  • Vivió en Pont-Audemer, Normandía
  • Era la viuda de Jean-Baptiste Mesnier y madre de Pierre Alexandre y Jules.

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De París a Australia

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Los globos aerostáticos partían de París en la noche con la correspondencia de quienes vivían en la ciudad durante el asedio de las fuerzas prusianas.

"En la carta, el autor mencionó a un hombre llamado Jules que no le había escrito en mucho tiempo", explicó Hamel.

"Di por hecho que Jules era un familiar cercano porque no se mencionaba su apellido", agregó.

Y, efectivamente, el nombre de Jules Mesnier también aparece en el certificado de matrimonio de Alexandre, como su testigo y hermano.

Jules Mesnier dirigió una compañía naviera con base en Swansea, Reino Unido, llamada Poingdestre y Meisner.

También fundó la primera empresa de minería de fosfato de Francia, Phosphate de l’Oceanie (fosfatos de Oceanía), que gestionaba negocios con las islas del océano Pacífico.

Es muy posible, por lo tanto, que su trabajo lo hubiera llevado a Australia y el Pacífico.

Sin embargo, "este descubrimiento no explica exactamente cómo llegó la carta a Australia, aunque no hay duda de que existía un vínculo", dice Hamel.

Pero ¿habrá alguna posibilidad de que el globo aerostático haya llegado a Australia?

"Absolutamente no", responde Hamel. "¡(la carta) tardó una semana en llegar hasta Normandía!".