Si las políticas migratorias de los seres humanos son complejas de hacer cumplir, controlar los movimientos de plantas y animales se antoja una tarea imposible. Pero esto es precisamente lo que se propone la Unión Europea con una lista de 50 especies "non gratas" para sus países.

Mosquitos, peces y diminutas larvas tendrán prohibida su entrada en Europa después de que se termine la lista en 2014, según una propuesta dada a conocer esta semana.

De acuerdo con la Comisión Europea, unas 12.000 especies foráneas han sido detectadas en el continente, de las cuales se cree que del 10% al 15% son invasivas.

Entre ellas se cuentan especies como la ardilla gris o el mosquito tigre, que se considera dañan el entorno, causan destrozos en los cultivos y problemas de salud por los que antes no se tenían que preocupar los europeos.

La IUCN, un grupo de expertos que viene trabajando con la Comisión para conseguir información y datos sobre estos intrusos, estima que los indeseables animales le cuestan al bloque regional unos US$16.000 millones anuales.

Pero, ¿cómo "persuadir" a plantas y animales de que no crucen las fronteras de la UE?

Medidas

La tarea no es fácil, pero tampoco imposible, le dice a BBC Mundo Piero Genovesi, presidente de la IUCN.

Genovesi reconoce que algunos casos son peliagudos, como detectar los huevos diminutos del mosquito tigre, que pueden anidarse en las ruedas de los coches que circulan por el planeta.

Sin embargo asegura que hay medidas que pueden conseguir reducir en un 50% el número de especies que entran en Europa.

"Países como Nueva Zelanda y Australia han demostrado que sí se puede. Tienen una política muy restrictiva y sus niveles de especies invasoras se han reducido drásticamente"

Piero Genovesi

"Si se toman en la fase inicial, es posible incluso parar la llegada de especies muy difíciles, como por ejemplo los invertebrados que vuelan", dice.

El especialista insiste en que es importante distinguir entre las especies que entran de forma voluntaria y aquellas que son introducidas por el hombre.

"Sobre esto la propuesta de la Comisión Europea dice que habría que analizar el mecanismo de llegada de cada tipo de especie para intervenir sobre ellas. O sea, no tanto actuar especie por especie sino mecanismo por mecanismo de llegada, lo que sería más general y efectivo", explica.

Por tierra

Los invertebrados representan el 80% de los animales que llegan de manera accidental a Europa. En el ejemplo clásico del mosquito tigre, cuyas larvas viven en cantidades ínfimas de agua como la que se filtra en los neumáticos, la estrategia consiste en tratar las ruedas durante el transporte.

"Otros organismos vienen junto a la madera que se importa de un país a otro", explica Genovesi.

En cambio, las llegadas intencionales suelen ser de mamíferos que se trasladan como mascotas o para comerciar con su piel. "La ardilla gris o la nutria son especies que ya han sido introducidas en nuestra región con estos métodos", dice.

En estos casos la Comisión se propone regular su comercio y posesión.

Lo mismo aplica al caso de las plantas, que se trasladan sobre todo por su interés decorativo. El bloque europeo espera que al limitar el comercio de las plantas ornamentales se puede reducir radicalmente el número de especies invasivas vegetales.

Por agua

Según relata el especialista, la mayoría de especies marinas se cuelan accidentalmente en las aguas de lastre de los barcos o también a través del canal de Suez. "Cada barco, cuando descarga su mercancía, debe a su vez cargar agua para equilibrar su peso. En este proceso se cuelan en los navíos cientos de especies marinas que acaban siendo descargadas en cualquier otro lugar del planeta", señala Genovesi.

Genovesi asegura que con un correcto tratamiento de estas aguas sería posible reducir casi completamente -en 99%- las especies marinas que se cuelan.

Ardilla gris

La ardilla gris es una de las candidatas a ser declarada "non grata".

Hay muy pocos casos en el mundo en que se ha logrado intervenir eliminándolos una vez que habían llegado. En esas instancias la intervención ha de ser casi exclusivamente preventiva.

"Países como Nueva Zelanda y Australia han demostrado que sí se puede. Tienen una política muy restrictiva y sus niveles de especies invasoras se han reducido drásticamente", asegura.

Responsabilidad y consulta

En efecto, el problema que intenta abordar la Comisión Europea es uno que se han planteado antes gobiernos e instituciones, como el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés).

Consultada por BBC Mundo sobre la viabilidad del plan, Laura Moreno, del Programa de Especies de WWF España, coincidió en que la prevención es la clave del éxito.

Para WWF, cualquier normativa debería incluir la obligación de contratar seguros o garantías por parte de quienes se dediquen a actividades que impliquen el aprovechamiento con especies potencialmente invasoras.

El objetivo es que puedan "hacer frente a la responsabilidad medioambiental inherente a su actividad", señaló Moreno.

Sobre la base de su experiencia en España, la organización también considera importante que haya campañas de concientización para evitar la expansión de especies invasoras.

"Otras medidas que ayudarían a prevenir el problema son la consulta obligatoria a la comunidad científica a la hora de decidir si incluir o excluir especies nuevas en el catálogo y la inclusión de un anexo que integre todas las especies potencialmente invasoras".