Yuanes y dólaresDerechos de autor de la imagen
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China ha buscado ser un contrapeso al poder financiero estadounidense.

Tener US$3 billones en el banco parece un razonable colchón de seguridad.

Pero en el caso de China, no es necesariamente suficiente para que todos los observadores de esa enorme economía duerman tranquilos.

La potencia asiática ha venido perdiendo divisas de modo significativo en los últimos tres años.

Tanto que este enero su nivel de reservas internacionales cayó ligeramente por debajo de los US$3 billones y llegó a su punto más bajo en cinco años.

Un desangre de dólares

De junio de 2014 hasta la fecha, China ha perdido cerca de US$1 billón en reservas internacionales.

Una filtración de divisas que sería gravísima para cualquier economía que no tuviese las dimensiones gigantescas de la china.

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Las reservas chinas cayeron a menos de US$3 billones.

Pero, ¿es algo que debe preocupar a China, y por ende, al resto del mundo?

En 2015 el banco central de China estuvo gastando reservas a un ritmo aproximado de US$100 mil millones al mes.

La sangría de divisas se ha ralentizado pero sigue siendo significativa.

Esa venta de divisas ha ayudado a mantener al yuan, la moneda nacional, en una posición más fuerte de lo que habría estado de otra manera.

Problema político

Las perspectivas de aumento de las tasas de interés en Estados Unidos y cierta inseguridad por el mercado interno han hecho que algunos inversionistas estén sacando dinero del país, lo que, en otras circunstancias, presionaría hacia una devaluación más fuerte de la moneda china.

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China ha acumulado enormes reservas de divisas.

Analistas sostienen que el gobierno chino ha venido buscando evitar una devaluación mayor del yuan.

Dicha devaluación intensificaría la inflación en el país, con los problemas políticos que eso representa.

También, muchos negocios chinos tienen deudas en dólares y manejar esas deudas con un yuan severamente debilitado podría llevar a la quiebra de algunas de ellas.

Además, al hacer más baratas las exportaciones chinas a Estados Unidos, una devaluación fuerte intensificaría el potencial de una guerra económica con la Casa Blanca. Especialmente dada la retórica beligerante contra Pekín de Donald Trump.

Por lo que China ha venido intentando una devaluación "ordenada" y gradual del yuan, que está resultando difícil de manejar.

Para lograr esto, Pekín vende dólares y compra yuan. Al aumentar así la demanda por el yuan, estos suben de precio y se contrarresta la tendencia a su devaluación frente al dólar.

No es ilimitado

La pregunta es cuánto más quiere China gastar de sus reservas internacionales.

El país asiático sigue teniendo las mayores reservas de divisas en el mundo. Pero una caída más pronunciada de sus reservas al ritmo actual, llevaría a nuevas dudas sobre el equilibrio macroeconómico del país.

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Trump acusa a China de manipular su divisa.

China ha venido regulando con más intensidad la salida de capitales y está reconsiderando algunos proyectos de inversión en el extranjero, para proteger las reservas.

Para América Latina, esto puede representar malas noticias si se tiene en cuenta que muchos países de la región han venido contando con las inversiones chinas como un motor de su economía.

China parece tener menos dinero para gastar en el extranjero y presumiblemente podría reducir el ritmo de sus inversiones en América Latina de continuar la actual tendencia de sus reservas.

Yuan devaluado

Pero sobre todo, el mundo estará pendiente de la capacidad de China para evitar una devaluación fuerte de su moneda.

El diario británico Financial Times citaba estaba semana a Yan Ling, economista de la firma China Merchants Securities, asegurando que haber caído debajo de la cifra de US$3 billones en reservas no era un motivo de alarma particularmente grave.

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China es la segunda mayor economía del mundo.

"La gente no debería proecuparse demasiado", dijo Yan Ling.

Pero si en algún momento China decidiese que no tenía suficientes divisas para seguir defendiendo el valor de su moneda al ritmo actual, podría sobrevenir una devaluación más intensa del yuan.

Y eso intensificaría la inundación de productos baratos chinos, de la que se quejan muchas economías en todo el mundo.

Además, estaría acentuando la probabilidad de una guerra comercial entre Washington y Pekín, añadiendo aún más a las tensiones económicas y políticas que han venido creciendo entre esas dos capitales.

Por lo que muchos observadores en todo el mundo estarán haciendo fuerza para que los US$3 billones en reservas que le quedan al banco central chino sean más que suficientes para la tarea de evitar una caída abrupta del yuan.