El diálogo de paz entre el gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC entró este domingo a un nuevo receso después de haber superado su momento más difícil en los tres meses que ya dura el proceso.

Pero no sólo eso: el jefe negociador del gobierno colombiano, Humberto de la Calle, también concluyó la cuarta ronda de conversaciones de La Habana ofreciendo incluso nuevas razones para el optimismo.

"El ritmo (del diálogo) ha mejorado", afirmó De la Calle en la capital cubana.

"Mientras nos mantengamos en la discusión de la agenda pactada, estas conversaciones pueden avanzar a buen ritmo; al ritmo necesario para concretar los acuerdos que nos permitan ponerle fin al conflicto", declaró.

A primera vista puede no parecer mucho.

Pero no hay que olvidar las tensiones que marcaron el inicio de la cuarta ronda de conversaciones, el 31 de enero pasado.

Poco antes de esa fecha, las FARC capturaron a dos policías colombianos en el departamento del Valle del Cauca para luego volver a reivindicar su derecho a hacer "prisioneros de guerra".

El gobierno colombiano reaccionó indignado y el mismo De La Calle le dijo a las FARC que estaban enviando una "señal equivocada".

Y en medio de los cada vez más frecuentes ataques de la guerrilla, también se multiplicaron las voces exigiendo el cese del diálogo.

"A ritmo de tren bala"

"Mientras nos mantengamos en la discusión de la agenda pactada, estas conversaciones pueden avanzar a buen ritmo; al ritmo necesario para concretar los acuerdos que nos permitan ponerle fin al conflicto"

Humberto de la Calle, jefe negociador del gobierno

En esas condiciones, la mera "normalidad"con la que concluyó la más reciente ronda de conversaciones representa una importante victoria para los partidarios de una paz negociada.

Y hablando luego de la conclusión de la cuarta ronda del diálogo, el jefe negociador de las FARC "Iván Márquez", también destacó el progreso alcanzado.

"Sin duda hemos avanzado. Y encontramos que el logro mayor de estas jornadas es coincidir en el propósito de dar acceso progresivo a la tierra que no la posean o la posean de manera insuficiente", explicó Márquez.

Mientras que otro de los negociadores, "Rodrigo Granda", dijo que el diálogo estaba avanzando ya no "a ritmo de mambo"sino "a ritmo de tren bala".

Entre otras cosas, el progreso seguramente se ha beneficiado de la promesa de una pronta liberación de los policías capturados.

Las FARC anunciaron su intención de liberar a los dos policías el fin de semana pasado y este domingo insistieron en que la orden ya había sido dada, por lo que la fecha de la liberación ahora dependía del gobierno colombiano.

Dificultades

Todo lo anterior no significa sin embargo que el camino que queda por delante será fácil.

FARC y gobierno apenas siguen discutiendo el primer punto de la agenda de conversaciones y buena parte del discurso del domingo de De la Calle se centró en la necesidad de no ampliar dicha agenda.

"Sin duda hemos avanzado. Y encontramos que el logro mayor de estas jornadas es coincidir en el propósito de dar acceso progresivo a la tierra que no la posean o la posean de manera insuficiente"

Ivan Márquez, jefe negociador de las FARC

"Una cosa es lo que las Farc dicen en público como parte de su plataforma, que tendrán ocasión de defender en democracia si se reintegran a la vida civil, y otra cosa es lo que se habla en la Mesa", dijo De la Calle.

"Algunas de las propuestas de la guerrilla, como por ejemplo, el tema minero energético o la idea de frenar la construcción de megaproyectos para la generación de energía eléctrica, sencillamente no forman parte de las discusiones de la Mesa", explicó.

Márquez, sin embargo, volvió a referirse ampliamente a esos temas en su intervención de este domingo de La Habana.

Y el jefe negociador del movimiento guerrillero también reaccionó al llamado de De la Calle para que la guerrilla "les ponga la cara a sus víctimas", confirmando que ese será uno de los puntos más contenciosos del diálogo.

Efectivamente, el movimiento insurgente ha insistido repetidamente que las víctimas del conflicto son una responsabilidad del propio estado colombiano.

Y la idea fue reafirmada en La Habana por Márquez.

"Si el gobierno toma muy en serio el tema de las víctimas, deberá empeñarse en responderle a la sociedad por ese rosario histórico de crímenes del terrorismo de Estado", insistió.

La principal dificultad, sin embargo, es que mucho es lo que puede pasar antes del inicio de la quinta ronda de conversaciones, previsto para el próximo 18 de febrero.

Después de todo, el gobierno colombiano ha dicho que no negociará un cese del fuego bilateral mientras no se haya llegado a un acuerdo definitivo para el cese del conflicto.

Y eso significa que los ataques, combates y muertes seguramente se seguirán produciendo durante todo ese tiempo, lo que no dejará de meterle presión a la idea misma del diálogo.