Desde que China declaró la zona de identificación de defensa aérea (ADIZ, en inglés) en los alrededores de las islas Senkaku/Diaoyu, por allí ya han pasado aviones militares de Corea del Sur, EE.UU. y Japón en vuelos considerados "rutinarios" por sus gobiernos.

E igualmente "rutinario" ha sido calificado por China su sensible despliegue de aviones de combate en la zona, destinados a poner en marcha lo que sus autoridades califican de "patrullaje aéreo normal".

Así es como sin salir de la "rutina", continúa la escalada de tensión entre China, EE.UU. y sus aliados de Corea del Sur y Japón en los alrededores de unas islas que controla Japón, que Pekín reclama se discuta su soberanía y que se cree podrían albergar valiosos recursos naturales en sus aguas.

¿Peligroso?

Pese a que Japón niega la mera existencia de una disputa territorial, los problemas en la zona tienen más de 30 años y han repuntado periódicamente desde principios del siglo XXI, en la medida en que China se iba convirtiendo en una potencia marítima cada vez más proactiva.

La tensión se ha redoblado desde que en septiembre de 2012 el gobierno japonés resolviera nacionalizar las islas, en lo que China considera una ruptura del "status quo".

Islas

Las islas están bajo control de Japón, que no reconoce la existencia de disputa territorial.

Sin advertencias previas, Pekín empezó a exigir el sábado pasado que cualquier avión que pasara por una zona aledaña al archipiélago en el Mar de China Oriental obedeciera sus instrucciones o se atuviera a las consecuencias.

"Es complicado decir cómo de peligrosa está la situación en el momento", opina Michael Swaine, del Fondo Carnegie para la Paz Internacional. "Se podría dar una respuesta china más asertiva de lo habitual, lo que podría elevar la probabilidad de un incidente".

Para James Manicom, del Centro para la Innovación en la Gobernanza Internacional de Canadá, más que resueltos a entrar en conflicto, los líderes chinos "parecen decididos a socavar la pretensión japonesa" desafiando la administración nipona sobre las islas y las aguas que las rodean.

En ese sentido, según Manicom, sería que China pretende encajar la recién creada zona de identificación aérea.

"La cuestión que queda es si China intentará ocupar el territorio de las Senkaku/Diaoyu de alguna forma, lo que podría disparar un conflicto armado entre China, Japón y potencialmente EE.UU.", opina el experto.

Estrategia de largo plazo

De momento, como China parece no hacer demasiado ante la actitud de quienes ignoran sus instrucciones, se viene confirmando la tesis de los expertos que creen que en realidad no buscan confrontación sino sentar las bases para reclamaciones futuras respecto a las islas.

"El peor escenario posible es un choque que puede llevar a un conflicto de mayor escala si no se maneja con acierto"

Tetsuo Kotani, Instituto Asuntos Internacionales de Japón

En ese sentido, Victor Gao, director de la Asociación Internacional China de Estudios Internacionales, le comenta a la BBC que lo que quiere su país es que Japón "se siente en una mesa de negociaciones para tratar la disputa de las islas Diaoyu".

"China y Japón sólo pueden resolver su controversia con negociaciones pacíficas. Reconocer la disputa territorial y volver a negociar es la única alternativa inteligente", agrega Gao.

En el otro lado, desde Japón, la lectura que hace Tetsuo Kotani, del Instituto de Asuntos Internacionales de Japón, es que "al desafiar el control japonés de las islas, China intenta introducir un nuevo orden regional más favorable".

"Mientras Pekín permanezca en actitud revisionista, no será sencillo mejorar las relaciones entre ambos países", agrega Kotani.

"El peor escenario posible es un choque que puede llevar a un conflicto de mayor escala si no se maneja con acierto", concluye.

Mapa China/Japón