¿Dónde puedo comprar una bandera de Costa Rica en San Pedro Sula?, preguntó una joven a sus amigos en Facebook en la ciudad industrial más importante de Honduras. Minutos después varios de sus contactos le respondieron con los nombres de diversas tiendas hondureñas donde podía conseguir la bandera costarricense.
Lo que parecía imposible políticamente está sucediendo en estos días gracias al Mundial de Brasil: que Costa Rica, tradicionalmente el país más esquivo y renuente a la integración de Centroamérica, inspire y lidere una unión regional, por lo menos simbólicamente a través de fútbol.
Este sábado, los ticos serán la primera selección en la historia de Centroamérica en disputar unos cuartos de final en una Copa del Mundo, cuando enfrenten a la poderosa escuadra de Holanda, liderada por Arjen Robben y Robin Van Persie, en el estadio Arena Fonte Nova de Salvador de Bahía.
Y La Sele, como es conocido el equipo tico, no solo tendrá el apoyo directo de los casi cinco millones de costarricenses, sino también un respaldo centroamericano pocas veces visto. La tendencia llama la atención sobre todo porque esta es una región marcada por eventos históricos que la han dividido y fragmentado políticamente.
Apoyo a Costa Rica porque orgullosamente soy centroamericano, asegura a BBC Mundo el mesero nicaragüense Víctor Espinoza, mientras circula por las mesas de un restaurante de comidas típicas de Nicaragua en el centro de la capital costarricense.
Espinoza, quien recibe órdenes de sus clientes que le piden nacatamales, vigorones, carne asada y bebidas con pinolillo, dice que a pesar de la rivalidad y los constantes conflictos fronterizos entre ambos países, el equipo tico está despertando pasiones entre los nicaragüenses de uno y otro lado de la frontera.

Celso Borges, del conjunto tico, firma autógrafos durante una sesión de entrenamiento en Santos.
Muchísima gente está apoyando. En mi ciudad natal, Estelí, la gente se está reuniendo en grupos para ver los partidos y muchos se han puesto la camiseta roja, la camiseta de Costa Rica, agrega Espinoza, quien asevera que el partido contra Holanda está muy difícil pero aún así va a apoyar.
El desafío naranja
En San José de Costa Rica, BBC Mundo hizo un recorrido por las calles y pudo comprobar una mezcla de optimismo, ansiedad y emoción antes del crucial partido contra Holanda. En los últimos días los costarricenses han adornado casas, edificios y automóviles con banderas con los colores blanco, azul y rojo.
Sentimos que tenemos posibilidades de derrotarlos, afirmó en conferencia de prensa en Brasil el capitán de Costa Rica, Bryan Ruiz, quien conoce bien a sus rivales de cuartos de final.
La guerra del fútbol de Ryszard Kapuscinski
El periodista polaco Ryszard Kapuscinski documentó en una crónica llamada La guerra del fútbol un conflicto que, en 1969, enlutó a Centroamérica y se convirtió en un ejemplo de la fragmentación y el divisionismo de la región.
El conflicto, también llamado La guerra de las cien horas, se produjo por tensiones entre campesinos, migrantes indocumentados, hacendados y autoridades políticas de El Salvador y Honduras.
Esas tensiones coincidieron con dos partidos de fútbol entre las selecciones de ambos países de cara a las eliminatorias de la Copa del Mundo de México 70.
El conflicto, que se extendió por cuatro días, dejó un saldo de entre 4 mil y 6 mil muertes y miles más de personas heridas.
En un tramo de su crónica Kapuscinski escribió:
Todas las guerras provocan un terrible desorden y no hacen sino malgastar vidas y cosas. La humanidad lleva miles de años de guerras y, sin embargo, parece que cada vez se empiece desde el principio, como si se tratase de la primera guerra en la historia.
Ruiz ya jugó en la liga holandesa, la Eredivisie, de la que incluso fue el goleador y un factor determinante para que el equipo Twente se coronara campeón por primera vez en su historia en 2010. Más recientemente, cedido a préstamo por su club inglés el Fulham, el capitán tico jugó de nuevo en Holanda con el PSV Eindhoven.
El jugador señaló que para los costarricenses enfrentar al equipo Oranje es un sueño y por eso el plantel tico considera que el partido del sábado será el juego de sus vidas. Para nosotros es una final. Hemos hecho un gran mundial pero no queremos quedarnos ahí. Además, dijo que en los últimos días ha estado intercambiando mucha información sobre sus rivales con el técnico de Costa Rica, el colombiano Jorge Luis Pinto.
Lea también: Pinto, el entrenador de la selección de Costa Rica, habla del secreto de sus triunfos
El equipo holandés llega a este juego luego de tener una impresionante primera ronda, en la que pasó por encima de todos sus rivales (España, Australia y Chile). En los octavos de final logró derrotar a México con un polémico penal provocado por Robben. El balance de su productividad como equipo es impresionante: 12 goles a favor y 4 en contra.
Por su parte, Costa Rica llega con la estrella de ser la revelación del mundial tras quedar primero en el Grupo de la Muerte donde estaban tres excampeones mundiales (Uruguay, Italia e Inglaterra) y tras derrotar en octavos de final, en una dramática tanda de penales, a Grecia. La prensa internacional ha elogiado la actuación de jugadores como Keylor Navas, Bryan Ruiz, Celso Borges y Joel Campbell.

Mucho de lo que hagan los ticos para ganar dependerá de frenar al peligroso Robben.
Es interesante cómo Holanda y Costa Rica tienen un antecedente de enfrentamientos. Ocurrió en el año 2001 en el mundial de fútbol Sub20 en Salta, Argentina. En esa ocasión, Holanda era dirigida por el propio Louis Van Gaal y contaba en sus filas con las entonces jóvenes promesas Robben y Huntelaar. El marcador de ese partido fue Costa Rica 3, Holanda 1.
Más allá del factor Óscar Duarte
Uno de los elementos que ha hecho que la Sele se haya ganado el creciente apoyo de Nicaragua es el hecho de contar en su alineación con un jugador de origen nicaragüense, Óscar Duarte. La historia de Duarte es parecida a la de muchos migrantes de ese país que llegan a Costa Rica: la familia que se mudó a suelo costarricense en busca de trabajo y un mejor porvenir económico.
Lea también: El primer nicaragüense en un Mundial
Sin embargo, no son sólo los nicaragüenses quienes están apoyando de manera ferviente a los ticos. El sentimiento también se ha extendido por Guatemala, El Salvador, Honduras y Panamá. Esta tendencia se ha podido apreciar en los últimos días en videos, comentarios y artículos que han circulado tanto en redes sociales como en medios de comunicación tradicionales.
Este equipo de fútbol de Costa Rica está logrando lo que muchos políticos no pudieron en décadas, dice a BBC Mundo el abogado Rogelio Ramírez, un consultor costarricense que trabaja para un proyecto de Naciones Unidas desde hace cuatro años en Guatemala.
Ramírez explica que el equipo tico está cambiado el sentimiento de recelo que muchas veces sintieron el resto de centroamericanos hacia los costarricenses por no querer integrarse. Aquí en Guatemala cuando la gente se da cuenta que soy tico me felicitan y me dicen ‘a echar punta’, es decir, a ponerse las pilas y a seguir adelante.

Joel Campbell y Robin van Persie, dos de los atacantes de ambas escuadras.
Otros aspectos que han llamado la atención del equipo tico es su humildad, su unión de grupo y sus gestos en pro de causas sociales. Por ejemplo, esta semana los jugadores se sumaron a una campaña para disminuir la violencia familiar en Costa Rica y se fotografiaron con carteles en mano que decían: No a la violencia. ¡Cuidémonos juntos!.
El experto en estudios culturales George Yúdice, profesor de la Universidad de Miami, considera que la empatía que está generando el equipo de Costa Rica se debe también a que despierta un espíritu latinoamericano en sus países vecinos.
Es como cuando uno tiene un primo alejado, un primo pródigo. Cuando regresa, uno siempre lo recibe bien porque es familia, explicó a BBC Mundo el profesor Yúdice. El analista sostiene que hay que recordar que, a pesar de su reticencia a la integración centroamericana, Costa Rica siempre fue un país que acogió muy bien a los exiliados y perseguidos políticos del resto de Centroamérica.
San José fue un punto de encuentro y muchos intelectuales recuerdan con mucho cariño a la capital costarricense porque los recibió muy bien, explicó. El sábado todo el mundo va a estar pegado a la tele. En mi caso, yo también voy con Costa Rica, dijo Yúdice, quien es un neoyorquino de familia salvadoreña.