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Existen padres con mal gusto para decidir los nombres de sus hijos en todas partes del mundo. Pero en Zambia, el periodista de la BBC Chris Haslam se encontró con una cantidad sorprendente de elecciones traumáticas.

Bajo un cielo oscuro en una calle polvorienta del este de Zambia, un niño pequeño lucha para empujar una gran bicicleta. Cargar con bidones, leña y un saco de arroz, y mantener el control del manillar es casi casi imposible, especialmente con las moscas pegándose en sus ojos.

Pero este niño de 7 años lleva una carga mucho más pesada, pero menos visible.

Su nombre es Mulangani que, en las lenguas nguni, significa "Castígame" o "El que debe ser castigado".

¿Quién le daría a su hijo un nombre tan horrible?

"Tal vez su abuelo, tal vez el jefe", responde encogiéndose de hombros Mavuto, un lugareño. En Zambia y el vecino país de Zimbabue, agrega, es común que los padres, especialmente en las zonas rurales, inviten a los ancianos de la comunidad a elegir el nombre de un recién nacido.

"A veces el jefe quiere castigar a la familia", dice Mavuto. "O puede pensar que este nuevo niño es demasiado para la familia y que esta no podrá soportarlo".

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Lejos de ser una excepción, a lo largo del viaje conocí a Chilumba ("La tumba de mi hermano"), Balaudye ("Me comerán"), Soca ("Mala suerte") y Chakufwa ("Está muerto").

Incluso me presentaron a un niño de 9 años llamado Komasi, cuyo nombre significa "Mátalo", y a su hermanito, Komaniso, que significa "Mátalo también".

Por supuesto, también me encontré con los ejemplos contrarios como Daliso ("Bendiciones") y Chikondi ("Amor").

Extensa tradición

"En la cultura africana existe la tendencia de nombrar a los niños según las circunstancias que rodean su nacimiento", dice Clare Mulkenga-Chilambo de la organización caritativa SOS Children’s Villages en Zambia.

"Es una tradición buena para aquellos nacidos en momentos brillantes y alegres, pero desafortunada para los demás".

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El VIH y sida han devastado a Zambia, y si bien las tasas de infección están disminuyendo, en 2015 se registraron 55.000 nuevos casos en adultos y 5.000 en niños. En todo el país, se estima que 380.000 niños han quedado huérfanos y 85.000 viven con este virus.

Testimonio de ello son niños llamados Massiye ("Huérfano"), Chisonis ("Tristeza") o Chimwamsozi ("Bebedor de lágrimas").

"La mayoría de los zambianos tienen varios nombres", explica Kangachepe Banda. Su nombre significa "Pudiente" o "Riqueza" y, como guía de safari, le hace bastante honor al mismo.

"Estos ejemplos son del primer nombre, llamado zina la bamkombo, es decir, el nombre del cordón umbilical", agrega.

"Después del parto, madre e hijo se esconden hasta que el cordón caiga. Ese día el bebé es presentado a familiares y vecinos, y la persona honrada con la elección del nombre toma su decisión".

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Este primer nombre, si bien posee una fuerte carga cultural, tiene un uso bastante limitado.

Otra oportunidad

Mulkenga-Chilambo explica que "la mayoría de las personas recurren al cristianismo", y cuenta que en el bautismo reciben "nombres cristianos", como José o María.

"Esto les da la oportunidad de renunciar a su nombre tradicional, que a menudo se ve como la causa de cualquier desgracia que puedan haber enfrentando en sus vidas".

El pequeño Mulangani, el que debe ser castigado, dice que no puede esperar al momento de ser bautizado. "Mi nuevo nombre será Emanuel", dice. "Significa que Dios está conmigo".

Él sonríe. Le gusta Emanuel.