Carlos Varela recibió a BBC Mundo para hablarle de su música y su país antes de un concierto en Miami con el que celebraba su 30 aniversario en los escenarios. Conózcalo.
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Dice que el amor de su vida es Cuba, pero el cantautor Carlos Varela no se casa con nadie. Por eso llena conciertos tanto en su país como en la ciudad que alberga el núcleo del exilio cubano en Estados Unidos, Miami.
En esa ciudad, Varela se sentó a conversar con BBC Mundo antes de ofrecer un concierto en el auditorio del condado Miami-Dade, en el corazón de la Pequeña Habana, donde celebró con sus seguidores los 30 años de su carrera artística.
Aunque él, que es uno de los mayores exponentes de la nueva trova cubana, asegura que quiere vivir eternamente en La Habana.
Una canción que te represente
Si hablas de una canción mía, yo sería injusto porque las canciones para mi son como los hijos, ¿no? Sería como decir qué hijo prefiero.
Pero no te puedo negar que hay canciones que son una especie de tarjeta de presentación como "Una palabra" o "Guillermo Tell".
El primer disco que compraste
El primer disco que compré … ¡Madre mía! Sí, el primer disco que compré era un disco de los Van Van que para mí son los Rolling Stones de Cuba.
Un concierto inolvidable
He visto muchos. Tuve la suerte de ver a Elton John en Madrid o a Bob Dylan. He tenido la suerte de ver y escuchar a Jackson Browne y cantar junto con él, Bonnie Raitt…
Un libro que haya marcado tu vida
Hay muchos libros que han marcado mi vida pero te engañaría si no te hablara de uno que se llama La enciclopedia de las fábulas.
Desde muy pequeño me gustaban mucho las fábulas. Lo que estudié fue teatro y el hecho de convertir muchas de estas canciones en pequeñas historias, en pequeñas fábulas, yo creo que es una influencia de ese libro que todavía guardo, que es un libro enorme, viejito ya pero que es un libro que a cada rato puedo repasar.
Alguna película que te haya hecho llorar
Muchas. Soy un gran admirador de la obra de Tomás Gutiérrez Alea, Titón, y películas como "Memorias del subdesarrollo", "Las doce sillas", "La muerte de un burócrata", "Fresa y Chocolate".
Son películas que sigo viendo, que tienen una luz tremenda y que han inspirado una buena parte de mi obra.
Tu idea de la felicidad perfecta
Es el día a día. Yo creo que sería un ingenuo si pensara que la felicidad es solamente una meta, ¿no? Como lo que digo también de la libertad: la felicidad es un camino.
Tu posesión más preciada
Mis guitarras.
Cuándo y dónde fuiste más feliz
En el año 89, un año antes de morir mi madre, cuando después de muchos años de tormenta con mi obra, pude por fin tocar libremente un concierto en Cuba.
Tu miedo más grande
De alguna manera, los aviones (risas) que es una relación con la muerte.
Cuándo mientes
Eso es una buena pregunta porque no soy un gran mentiroso pero todos los artistas de alguna manera, como diría Joaquín Sabina, somos unos embusteros, ¿no?
Y quizás el único momento de decir una mentira piadosa es cuando en el escenario tienes que contar alguna historia para introducir una canción. Eso forma también parte de la poesía.
¿Dónde te gustaría vivir?
Eternamente en La Habana.
Lo que más odias de tu apariencia física
El tamaño. Pero bueno, me tengo que consolar con que Napoleón también era pequeño y eso que dicen del perfume que viene en frascos pequeños…
¿De qué te arrepientes?
No me arrepiento, por ejemplo, de ninguna canción pero me puedo arrepentir, quizás sin darme cuenta, del tiempo que he perdido en mi vida.
Tu mayor desdicha
Cuando murió mi madre en el año 90.
Qué le desearías a un enemigo
Pues que Dios lo bendiga.
¿Y qué no le deseas a nadie?
Ni la maldad, ni la mala suerte, ni que resbale, ni que tenga un accidente (risas).
Un objeto indispensable
Ha ido cambiando pero me quedaría con la guitarra seguramente.
Un cambio social admirable
Sería si se consiguiera la reforma migratoria en este país (Estados Unidos).
La virtud más sobrestimada
Cuando intentas reconocer el valor que tiene la gente de siempre decir la verdad. Eso es algo absolutamente relativo. La honestidad.