Carlos Ghosn: la caída del "dios de los autos" que pasó de ser una celebridad a un "traidor" en Japón

Aquella tarde de noviembre de 2018, cuando Carlos Ghosn aterrizó en un avión privado en el aeropuerto de Haneda en Tokio, Japón, el empresario estaba en la cima del poder.No solo era el presidente de Nissan, sino también el responsable de haber salvado de una posible bancarrota al gigante japonés.También era director ejecutivo del fabricante francés de automóviles Renault, y el impulsor de una alianza global entre ambos. Y junto con el más pequeño Mitsubishi, formaron un imperio que vendía más de 10 millones de automóviles al año.Estaba acostumbrado a dividir su tiempo entre París y Tokio, controlando periódicamente las operaciones del grupo en América del Norte.
Su estilo de vida de trotamundos venía con beneficios, uno de los cuales era un jet privado a su disposición. Nacido en Brasil, criado en Líbano y educado en Francia, tenía vínculos estrechos con los tres países y contaba con lujosas propiedades tanto en Río de Janeiro como en París, Beirut y Tokio.Ese día de noviembre llegaba a la capital japonesa desde Beirut. Cuando su elegante avión pasó por la pista de aterrizaje del aeropuerto, fue fácil identificarlo debido al gran estampado cerca de una de las turbinas que decía "N155AN".Pero Ghosn no sabía lo que le esperaba dentro de la terminal.El arresto
Al llegar, él dice que fue recogido por un automóvil y llevado al control de pasaportes, donde le informaron de que había un problema con su visa. Fue escoltado a una pequeña sala lateral y allí fue arrestado, acusado degravesdelitos financieros.Y unas pocas horas después, fue encerrado en una celda.No fue el único arrestado: Greg Kelly, uno de sus confidentes más cercanos, fue detenido tras aterrizar en un aeropuerto japonés proveniente de Estados Unidos, luego de haber sido convocado a lo que él pensaba que era una reunión urgente.El estadounidense de 63 años era un "director representativo" de la compañía, y fue acusado oficialmente de llevar a cabo los deseos de la junta directiva; en pocas palabras, él era el responsable de hacer cumplir los deseos de Ghosn.Por razones de salud, Kelly había planeado participar en la reunión por videollamada. Pero según su esposa, la compañía insistió en que asistiera en persona y contrató un avión privado para su viaje.Ambos fueron llevados al centro de detención de Kosuge, en el noreste de Tokio. Fue aquí, en una pequeña celda, donde Ghosn permanecería durante los siguientes cuatro meses. Estaba sujeto a interrogatorios diarios, ya que los fiscales querían sacarle una confesión.La huída
Todavía faltan detalles sobre la fuga de Ghosn, pero sin duda fue audaz, arriesgada y bien planificada.No hubo nada disimulado sobre la salida de su casa en Tokio. Cerca de la hora del almuerzo del 29 de diciembre, Ghosn simplemente abandonó del edificio.Como el país se estaba preparando para el receso de Año Nuevo, es posible que las medidas de seguridad fueran más ligeras de lo habitual.Según informaron medios japoneses, imágenes de CCTV muestran que fue a un hotel cercano, donde se encontró con dos hombres. Se cree que eran Michael Taylor, un exmiembro de las Fuerzas Especiales de Estados Unidos, quien ahora es un contratista de seguridad privada, y su socio libanés George-Antoine Zayek.También se cree que los tres tomaron un tren bala en Tokio con destino a Osaka, en un viaje de dos horas y media.¿Qué salió mal?
En su mejor momento, Ghosn era un titán de la industria automovilística, el creador de uno de los fabricantes de automóviles más poderosos del mundo.En Francia, le llamaban el "asesino de costos", el despiadado ejecutivo que dio la vuelta a la debilitada Renault de fines de los 90. En Japón, era un extranjero que había sido lanzado en paracaídas para rescatar a Nissan del borde de la bancarrota, y en el proceso se convirtió en una celebridad nacional.En ambos casos, se pasó por encima los intereses establecidos, cerrando fábricas y eliminando puestos de trabajo a corto plazo, pero pavimentando el camino para el crecimiento futuro y la rentabilidad.Las dos compañías se vincularon bajo una alianza estratégica forjada en 1999, a la que se unió en 2016 la pequeña empresa japonesa Mitsubishi. En 2017, el grupo producía colectivamente más de 10 millones de vehículos al año. Ghosn, como director ejecutivo de Renault y presidente de las dos firmas japonesas, siguió siendo la pieza clave de todo el proyecto. Pero se estaban gestando problemas.La colmena ya se había agitado en las oficinas centrales de Nissan por las decisiones tomadas en París.El gobierno francés es accionista de Renault, y en 2005 logró duplicar sus derechos de voto en la empresa, aumentando su influencia sobre las decisiones en la sala de juntas. Para Nissan, esto importó mucho porque Renault no solo es su socio, sino también su mayor accionista individual.En pocas palabras, esto significaba que las decisiones políticas tomadas en Francia podrían tener un impacto significativo en Nissan.¿Una conspiración?
Ghosn y sus abogados dicen que su arresto fue resultado directo de un complotque involucra a altos ejecutivos de Nissan y a miembros del Ministerio de Economía, Comercio e Industria de Japón, y que tenía como objetivo destituirlo como líder de la Alianza y evitar que forjara vínculos más fuertes entre Renault y Nissan.Al principio, le acusaron de infringir la ley japonesa por subregistro de salario durante cuatro años, una suma que asciende a US$44 millones. Esta alegación fue después extendida a más de US$80 millones en más de ocho años. Él dice que nunca recibió el dinero -salario diferido que cobraría tras su jubilación- y que eso debía haber sido aprobado por la junta de Nissan, lo cual nuca ocurrió. El problema atrajo la atención de reguladores del mercado estadounidense. En septiembre de 2019, la Comisión de Bolsa y Valores llegó a un acuerdo con Ghosn, Kelly y Nissan por las acusaciones. Se pagaron multas, en el caso de Ghosn, US$1 millón, pero no se admitió que hubiera actuado mal.En los meses que siguieron, hubo otras acusaciones de "abuso de confianza". Ghosn fue acusado de abusar de su posición para obtener ganancias personales.El hombre de negocios
¿Y ahora qué?
Japón ha obtenido una solicitud internacional para el arresto de Ghosn a través de la Interpol y ha ejercido presión diplomática sobre Líbano. Pero no existe un tratado de extradición entre los dos países.También hay otros factores a considerar. John Simpson, de la BBC, señala que "dado el gran orgullo y simpatía que despierta entre la gente en el Líbano, las posibilidades de que el gobierno acuerde extraditarlo a Japón son muy pequeñas".Una posibilidad, según fuentes legales, es que pueda ser juzgado en Francia. Lo que hace que este escenario sea más plausible es que Ghosn ya está siendo investigado por las autoridades francesas. La policía registró su casa cerca de París el año pasado, mientras buscaban evidencia de posibles irregularidades financieras.Ahora puedes recibir notificaciones de BBC News Mundo. Descarga nuestra app y actívalas para no perderte nuestro mejor contenido.https://www.youtube.com/watch?v=kw3FYvWT-Pohttps://www.youtube.com/watch?v=QCh6w30ZQiE&t=4shttps://www.youtube.com/watch?v=6AMWU9EbdCU
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