No es casualidad que el que se considera el combate de boxeo más importante del año coincida con las festividades de la conmemoración de la Batalla de Puebla y la celebración del Día del Orgullo Mexicano.
La pelea será el marco ideal para que este sábado se enfrenten en el cuadrilátero dos pugilistas que representan dos caras completamente opuestas de México.
En una esquina estará Saúl "Canelo" Álvarez, la máxima estrella en la actualidad del boxeo mexicano, quien ha tenido que escalar con sus golpes desde el sótano hasta la cima desde que se convirtió en profesional a los 15 años de edad.
En la otra se encuentra Julio César Chávez, hijo del legendario boxeador del mismo nombre, señalado por aprovechar la fama de su padre para superar las numerosas polémicas en las que ha estado involucrado a lo largo de su carrera.
El primero surgió de las zonas necesitadas de Guadalajara, el otro de la clase acomodada de Culiacán.
No pelearán con un título de por medio y tampoco será relevante el polémico cinturón diseñado por un artista huichol.
En el combate lo que estará en juego es el orgullo de ser reconocido como el mejor peleador de la actual generación de boxeadores mexicanos y de paso, lo que algunos consideran incluso más importante, asestar una estocada mortal a la carrera del perdedor.
"Sí, hay una rivalidad", reconoció el normalmente comedido Álvarez, quien ha sido campeón mundial de peso superwélter y mediano.
"Pero entraremos al ring sabiendo que tenemos un trabajo que hacer. Tenemos que tener la cabeza fría".
En la mira
Canelo se refiere a la emociones que rodean la pelea, que le han hecho entrar en el intercambio de declaraciones que han dejado en evidencia la animosidad entre ambos.
Los dos se acusan de haber comenzado los ataques y la verborragia que han marcado los días y meses previos a la pelea.
Jonathan Snowden, en su artículo publicado en el medio deportivo estadounidense The Blanchet Report, asegura que no había visto nunca a Canelo con tanta determinación para derrotar a quien considera más que un rival.
"He entrevistado cuatro veces a Canelo antes de sus peleas y esta es la primera vez que se ha acercado a una identificable emoción humana", comentó.
"Su imagen cuidadosamente cuidada de ser un caballero en un deporte salvaje por un momento desapareció", destacó el especialista de boxeo.
En su texto, Snowden cita la opinión del historiador de boxeo Rodolfo Mondragón, del departamento de Estudios Chicanos de la Universidad de California en Los Ángeles, Estados Unidos.
"Canelo es la historia de una persona que surgió de la nada. Tienes la clase trabajadora que gravita en torno a él porque representa su valores éticos", dijo el catedrático.
"Mientras a Chávez se le ha dado todo. Es el niño rico que no ha tenido necesariamente que pelear".
Sobre el ring
Pese a ello, no se puede decir que Chávez no se haya labrado su propio camino al ganar 50 de las 53 peleas que ha disputado, conquistando la corona mundial de peso mediano en 2011.
Sin embargo, sus detractores lo acusan de dilapidar parte de su carrera con actos de indisciplina y falta de esfuerzo que le ha conllevado dificultades para cumplir con el peso de sus peleas, además de algunos problemas con las drogas.
Por algo se puso un cláusula en el contrato en el que cada boxeador estaba obligado a pagar US$1 millón por cada libra en exceso al peso pactado para la pelea de 164,5 libras (unos 74,6 kilogramos).
Lo cierto es que la bautizada "Batalla de México" será la gran oportunidad para Chávez de ser reconocido en el mundo del boxeo como un gran peleador, más allá de la ventaja que posee en estatura (10 centímetros más que su rival) y en alcance.
Para Canelo se trata de resolver un feudo que incluso salpica a las familias de ambos peleadores, ya que sus hermanos, Ramón Álvarez y Omar Chávez, también se vieron las caras sobre el ring en dos ocasiones, con una victoria para cada uno.
A su favor tiene un brillante palmarés en el que aparecen 48 victorias, un empate y un solitaria derrota, la que sufrió por decisión contra Floyd Mayweather en 2013.
De allí que, más que ganar, ambos tienen mucho más que perder.