Cinco sospechosos fueron detenidos tras el incidente del lunes pasado en la plaza Tiananmen, en Pekín, según información difundida por la televisión estatal.

El canal CCTV reportó que las autoridades creen que el choque en la famosa plaza, que dejó cinco muertos y más de 30 heridos, fue una acción organizada y por primera vez ha sido descrito como "ataque terrorista".

También se informó que las tres personas que murieron dentro del vehículo –que se estrelló contra la multitud en una de las zonas más turísticas y de mayor simbolismo para el régimen comunista– eran un hombre, su mujer y su madre.

Sus nombres parecen indicar que pertenecían a la etnia uigur, una minoría musulmana de la región de Xinjiang, en el oeste del país, una zona en la que se han registrado tensiones étnicas y disturbios en los últimos años.

Lugar sensible

Hasta ahora, los medios oficiales habían minimizado el hecho, ocurrido cuando un vehículo todoterreno embistió a varios turistas y policías antes de incendiarse cerca de un retrato de Mao Zedong en el extremo norte de la plaza.

La Plaza de Tiananmen es un sitio altamente sensible para las autoridades por las protestas prodemocracia y la represión de 1989.

La seguridad en la zona es muy rigurosa por su proximidad a las instituciones políticas clave y para que no sirva de escenario para manifestantes. Pese a ello, se han registrado incidentes como el del lunes.

Un grupo de uigures en el exilio ha expresado su temor de que esto provoque un recrudecimiento de la represión en Xinjiang.

Algunos uigures se quejan de que Pekín los reprime cultural y religiosamente, algo que las autoridades niegan al asegurar que gozan de amplias libertades.