Dos semanas después del juicio político que sacó de la presidencia de Brasil a Dilma Rousseff, el diputado que lideró esta acción, Eduardo Cunha, también cae.
La Cámara de Diputados decidió este lunes con 450 votos a favor y 10 en contra despojar de su escaño al antiguo presidente dela cámara legislativa, quien fue alejado de su cargo el pasado diciembre por la Corte Suprema de su país.
Cunha, quien se hizo conocido en los últimos meses por ser el arquitecto del proceso de "impeachment" (o juicio político) que se llevó a cabo contra Rousseff, enfrenta varios cargos de corrupción dentro del escándalo de la petrolera estatal Petrobras.
El expresidente de la Cámara, de 57 años, había renunciado a su cargo de líder de la Cámara de Diputados el pasado julio.
Pero hacía falta la votación para quitarle su puesto como diputado.
Cunha pierde ahora su inmunidad parlamentaria y podría ser llevado ante la justicia ordinaria por varios delitos relacionados con el el caso Petrobras, también conocido como "Lava Jato", en el que están implicados varios congresistas.
La decisión adoptada por el pleno del legislativo se debió a la declaración falsa que dio ante una comisión parlamentaria que investigaba la red de corrupción, ante la cual negó tener cuentas bancarias clandestinas en el extranjero.
Sin embargo, las autoridades suizas afirmaron que Cunha tiene cuentas secretas en bancos de ese país por una cantidad cercana a los US$5 millones.
Cifras que los fiscales brasileños relacionan con el esquema de corrupción de Petrobras.
Excomentarista radial evangélico, Cunha pertenece al Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que también integra el actual presidente de Brasil, Michel Temer.
Según medios brasileños, el propio Temer aconsejó a Cunha en julio que renunciara a la presidencia de la Cámara de Diputados, ante las señales de que le sería imposible revertir el proceso que le abrió el consejo de ética de la cámara.
El diputado enfrenta dos causas y una denuncia en su contra en la Corte Suprema federal, la máxima instancia judicial de Brasil, acusado de haber recibido millones de dólares en sobornos y mantener cuentas ocultas en Suiza.
Cunha fue quien aceptó tramitar el pasado diciembre las denuncias de irregularidades presupuestarias que finalmente sacaron a Rousseff de la presidencia.
Se refirió a ese proceso este lunes durante su defensa y reiteró su "orgullo" por haber "ayudado a que Brasil se librara de uno de los gobiernos más corruptos que ha tenido".