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Marcelo Odebrecht era considerado uno de los hombres de negocio más poderosos de Brasil, pero ahora un tribunal ha determinado que parte de su influencia procedía de fuentes ilícitas.

El millonario y expresidente de la constructora Odebrecht, la empresa de ingeniería y construcción más grande de América Latina, fue condenado a 19 años y 4 meses prisión por un escándalo de corrupción que involucra a la petrolera estatal brasileña Petrobras.

El juez federal Sergio Moro lo declaró culpable por el pago de más de US$30 millones en sobornos a funcionarios de Petrobras a cambio de obtener contratos e influencia.

Según la sentencia, que está sujeta a una posible apelación por parte de la defensa, Odebrecht fue hallado culpable de los delitos de corrupción pasiva, lavado de dinero y asociación para delinquir.

El empresario está detenido desde junio de 2015 y en diciembre pasado renunció a los cargos que ostentaba dentro del grupo de compañías Odebrecht, fundado por su abuelo Norberto Odebrecht.

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Odebrecht es la empresa de construcción más grande de América Latina.

El consorcio realiza grandes obras de infraestructura a lo largo del continente americano y en África. Antes del escándalo contaba con 181.000 empleados distribuidos en 21 países.

La investigación sobre corrupción en Petrobras ha derivado en el procesamiento de decenas de hombres de negocios, así como de destacadas figuras del gobernante Partido de los Trabajadores (PT).

La semana pasada, el expresidente Lula da Silva, líder del PT y uno de los políticos más populares de Brasil, fue detenido para ser interrogado sobre este caso.

El exmandatario es considerado sospechoso de haber recibido unos US$8 millones a través de pagos por conferencias y en donaciones a su ONG, el Instituto Lula.

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El expresidente Lula da Silva fue detenido por la policía para ser interrogado por el caso Petrobras.

El PT ha estado en el poder en Brasil desde 2003, bajo la presidencia de Lula de Silva y de su sucesora Dilma Rousseff.

Según explica Daniel Gallas, periodista de la BBC en Sao Paulo, Odebrecht era uno de los más ricos y poderosos empresarios de Brasil y contaba con relaciones cercanas con muchos políticos de alto nivel.

Se estima que el escándalo de corrupción le ha costado a Petrobras unos US$16.000 millones, incluyendo US$2.000 que fueron a parar directamente a manos de ejecutivos y empresas corruptas.

Las inversiones de Petrobras representan 2% del Producto Interior Bruto de Brasil. Las dificultades por las que atraviesa la compañía han afectado a la economía del país, que lucha para recuperarse de la caída de los precios de las materias primas.