Su nombre es Bill de Blasio, un político de 52 años y casi dos metros de estatura que ha llamado la atención tanto por su ideología liberal como por un inusual perfil personal que ha figurado de manera prominente en la campaña política.

En comerciales de televisión y en actividades públicas, De Blasio ha estado acompañado por su esposa -que fue una activista y poeta lesbiana- y por sus dos hijos, uno de los cuales tiene un afro tan grande que incluso ha generado comentarios del presidente Barack Obama.

Ellos, según los analistas, le han ayudado a De Blasio a impulsar sus aspiraciones para controlar la ciudad más grande de Estados Unidos, con más de ocho millones de habitantes y un presupuesto mayor al de algunos países pequeños.

Pero también le ha generado rechazo: el actual alcalde, el multimillonario Michael Bloomberg, lo acusó de llevar a cabo una campaña racista y de guerra de clases, en la que está utilizando a su familia para ganar apoyos.

Eso sin contar las naturales fuertes críticas del otro aspirante a la alcaldía, el republicano Joseph Lhota, que está relegado en las encuestas.

"El anti Bloomberg"

El candidato opositor: Joseph J. Lhota

Joseph J. Lhota

Bill de Blasio competirá en las elecciones de este martes con el republicano Joseph J. Lhota, quien dirigió la Autoridad Metropolitana de Transporte.

En la página de su campaña, Lhota resalta su pasado como un banquero de inversión, así como su trabajo en el gobierno del alcalde Rudolph Giuliani, en el que ocupó varias posiciones importantes que le han servido para hablar de su experiencia política (y de la falta de ella en su rival).

Una de sus prioridades como candidato ha sido hablar de sus planes para una economía diversificada y un aumento en el número y el tipo de los empleos.

Ante el ascenso de Bill de Blasio y su propuesta de aumentar los impuestos a los más ricos, Lhota también ha sido visto como el candidato que apoyan muchos en la élite financiera de Nueva York.

La crítica de Michael Bloomberg al candidato que muy probablemente lo sucederá explica, en gran medida, lo que ha sido la actual carrera electoral, pues De Blasio ha sido calificado en reiteradas ocasiones como el "anti Bloomberg".

Su propuesta de gobierno ha estado basada en afrontar lo que él llama la "Historia de dos ciudades", una referencia al libro homónimo del escritor Charles Dickens que él apropió como referencia para hablar de la falta de equidad de Nueva York: una metrópolis donde cohabitan los multimillonarios -como el actual alcalde- con quienes están cerca de la línea de pobreza.

Entre sus objetivos están crear una tarjeta de identidad para todos los residentes, incluidos los inmigrantes indocumentados, así como aumentar los impuestos a los más ricos de la ciudad para expandir los programas educativos.

Y aunque esa idea de las dos ciudades le ha ganado tanto adeptos como críticos, nadie duda que su ascenso se debe también a una historia personal que tiene elementos propios de una novela: desde el alcoholismo y el suicidio, hasta un viaje revelador al extranjero y un amor poco convencional.

Aunque nació en Manhattan, De Blasio muy pronto se mudó con su familia a Massachusetts. Allá creció alejado de su padre, Warren Wilhelm, un veterano de la Segunda Guerra Mundial con problemas de alcoholismo quien más adelante se pegó un tiro en el pecho. Su madre fue su principal referencia y él decidió adoptar su apellido y dejar el paterno.

Ya en la universidad, De Blasio comenzó a interesarse por la política, entre ella la latinoamericana, y a finales de los años 80 decidió vincularse a la campaña de David Dinkins, el único afroestadounidense que ha sido alcalde de Nueva York.

En esa etapa de su vida también conoció a quien sería su futura esposa y la madre de sus hijos, Chiara y Dante: Chirlane McCray, una escritora y activista que había salido públicamente del clóset en un artículo que escribió en 1979 para la revista Essence

A De Blasio no le importó que ella hubiera sido lesbiana y en 1994 se casaron con la ayuda de dos pastores homosexuales, como cuenta la revista New York en un extenso perfil que tituló "El alcalde del 99%".

Desde entonces y especialmente a medida que su perfil se ha vuelto más conocido, De Blasio ha sabido involucrar a su familia sui generis en su carrera política hasta convertirla en un símbolo de sus ideales liberales.

De Blasio es actualmente defensor del pueblo de la ciudad y anteriormente dirigió la campaña de Hillary Clinton al Senado.

¿Activista sandinista?

Otro tema del pasado de Di Blasio ha salido a relucir en el actual proceso electoral: un viaje de diez dias que realizó a Nicaragua en 1988, en tiempos en que la revolución Sandinista enfrentaba la guerrilla de la Contra.

En aquel año De Blasio participó en una misión humanitaria organizada por un grupo católico del estado de Maryland que según un reportaje del diario The New York Times lo "convirtió en un ardiente partidario de los revolucionarios nicaragüenses".

El periódico agrega que la influencia fue tan grande, que las raíces de su "estilo político progresista están en las sombras de los volcanes, a miles de millas de la ciudad que ahora espera liderar".

Michael Bloomberg

El ganador de las elecciones reemplazará a Michael Bloomberg como alcalde de Nueva York.

El aspirante a alcalde ha hablado poco de ese tiempo en Centroamérica, al punto que ni siquiera aparece mencionado en su biografía en la página de su campaña.

El periplo nicaraguense de De Blasio ha servido a sus contradictores para criticar sus propuestas de gobierno y sus ideales. El candidato del partido Independiente, Alfonso Carrión, no dudó en acusar a De Blasio en un comunicado de "apoyar una dictadura brutal en América Central" y de haberse inspirado en el Che Guevara y Fidel Castro.

Aunque sostiene que sus ideales políticos han permanecido consistentes en los últimos 25 años, De Blasio ha cuestionado al actual gobierno sandinista y, tras un debate en septiembre con otros aspirantes al cargo, se limitó a decir que su preocupación por aquellos años era "la manera como nuestro país estaba tratando a los países pequeños de nuestro hemisferio".

No será la última vez que le tocará salir a defenderse. Si se confirma en las urnas la amplia diferencia que han pronosticado las encuestas para las elecciones de este martes, Bill de Blasio asumirá un puesto que, como ya quedó claro con sus predecesores, capta la atención nacional e internacional, aunque se trate al final de una alcaldía local.