El presidente de Siria, Bashar al Asad dijo estar comprometido con un plan para destruir las armas químicas de su país, pero advirtió que podría tomar alrededor de un año.

En declaraciones a la televisiora estadounidense Fox News, Al Asad insistió en que sus fuerzas no eran las responsables del ataque químico llevado a cabo en Damasco el 21 de agosto.

El plan de desarme de Siria fue dado a conocer por EE.UU. y Rusia la semana pasada.

Occidente quiere que el acuerdo sea garantizado por una resolución de Naciones Unidas respaldada con la amenaza de la fuerza militar. Sin embargo, Rusia ha objetado este punto.

"Muy serio"

En relación a la destrucción de los arsenales de armas químicas de Siria, Al Asad dijo que es "una operación muy complicada técnicamente".

"Y se necesita mucho dinero, algunos estiman (por ejemplo) alrededor de mil millones (de dólares)".

"Así que depende, hay que preguntar a los expertos qué quieren decir con rapidez. Tiene un cierto programa. Se necesita de un año o tal vez un poco más".

"Se necesita mucho dinero, algunos estiman (por ejemplo) alrededor de mil millones (de dólares)"

Bashar al Asad, presidente de Siria

Los comentarios de Bashar al Asad se producen poco después de que un alto diplomático ruso dijera que Damasco cumplirá con su compromiso de eliminar sus armas químicas antes de mediados de 2014.

Después de las conversaciones en Siria, el vicecanciller ruso Sergei Ryabkov dijo que el presidente Al Asad fue "muy serio" sobre el plan de desarme.

Rybakov también dijo que funcionarios sirios le habían entregado "pruebas materiales" que mostraban que los rebeldes estuvieron involucrados en el ataque con el agente nervioso sarín el mes pasado, lo que contradice las afirmaciones de EE.UU. de que el régimen era responsable.

El diplomático ruso criticó a Naciones Unidas por ser "unilateral" en su reciente informe sobre el ataque, una afirmación que negó Naciones Unidas.

La guerra de palabras sobre el uso de armas químicas en Siria, en gran parte dirigido a salvar las apariencias, era previsible, según afirma el corresponsal de la BBC en Beirut, Jim Muir.

"Pero el hecho es que Rusia persuadió a Siria de declarar sus armas y que éstas sean destruidas. Lo que importa ahora es lo que sucede en realidad, no lo que dicen las personas", informa Muir.

El primer plazo acordado llega el sábado, momento en que se supone que Damasco debe proporcionar un inventario de su arsenal químico. Si eso falla, las dudas empezarán a crecer sobre su sinceridad y sobre la credibilidad de Moscú.

Más de 100.000 personas han muerto desde la guerra civil de Siria comenzó a principios de 2011, según la ONU.

Millones de personas han huido del país y millones más se han quedado sin hogar.