Filas y filas de cabinas blancas se acumulan en un área de 20 kilómetros en una remota zona del desierto en Azraq, en el centro de Jordania.

Hasta este miércoles, día de su inauguración, este enorme campamento de refugiados parecía un pueblo fantasma.

Ahora, ya está listo para recibir a 51.000 refugiados sirios. Y, de ser necesario, puede ampliar su capacidad para albergar a hasta 130.000 personas, lo cual lo convertiría en el mayor campamento de refugiados de la región.

El lunes comenzaron a llegar, agotados, los primeros residentes que huyeron de la guerra civil en Siria.

A las pocas horas ya tenían las llaves de sus viviendas. Más tarde, podía verse una fila de mujeres en los puntos de distribución de agua.

Las autoridades jordanas dieron permiso para que el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) construyera este campamento hace poco más de un año.

Y en ese lapso, ACNUR transformó este trozo de desierto en una suerte de ciudad.

Lecciones del pasado

Azraq

Además de vivienda, los refugiados reciben bienes básicos para el hogar.

Para su diseño y manejo, la agencia de la ONU puso en práctica las lecciones aprendidas en la construcción del campamento de Zaatari, a unos 12 kilómetros de la frontera con Siria.

Zaatari fue pensado para 20.000 personas, pero se vio obligado a crecer rápidamente para dar refugio a más de 100.000.

"Estudiamos lo que se hizo en Zaatari y en otros campamentos alrededor del mundo y tratamos de planificar todo cuidadosamente", dice Bernadette Castel coordinadora del campamento.

"Estudiamos lo que se hizo en Zaatari y en otros campamentos alrededor del mundo y tratamos de planificar todo cuidadosamente"

Bernadette Castel coordinadora del campamento, de ACNUR

A diferencia de Zaatari, Azraq está altamente descentralizado. Está dividido en cuatro distritos, cada uno con capacidad para 10.000 y 15.000 personas.

Cada distrito cuenta con una clínica, plazas con juegos para niños y otras instalaciones.

Hay dos escuelas listas para dar clases a 10.000 alumnos, un hospital central manejado por la Cruz Roja y un supermercado enorme que acepta cupones del Programa Mundial de Alimentos.

Por dentro, las unidades de vivienda tienen techos altos con puntos de ventilación para mantener el aire fresco.

"Usamos los comentarios de los refugiados en Zaatari para diseñar estas unidades, que también están adaptadas a las condiciones climáticas de aquí", dice Castel.

Cada cabina tiene una superficie de 24 metros cuadrados y puede albergar un máximo de cinco refugiados. Cada grupo de seis cabinas comparte el baño.

Frazadas, colchones y linternas

Azraq

Cada distrito contará con una clínica.

En Azraq se ha tratado de reforzar el sentido de comunidad y propiedad, con la esperanza de que esto contribuya a crear una ambiente seguro.

En Zaatari muchas veces se han producido violaciones a la ley y el orden. A principios de mes, mataron a un refugiado y decenas resultaron heridos en enfrentamientos con las fuerzas jordanas.

Se informó de bandas criminales operando en el lugar en ciertas épocas, y los trabajadores y periodistas extranjeros han sido tratados con hostilidad en muchas ocasiones.

Agua en el desierto

El agua se sacará con una bomba de un acuífero a más de 500 metros de profundidad.

"El agua se enviará directamente de los pozos a unos tanques ubicados arriba y de allí fluirá por la gravedad hacia las áreas de servicios", explica Kitka Goyo, especialista de la unidad de Agua, Sanidad e Higiene de Unicef, Jordania.

Se suministrará un total de 1,5 millones de litros de agua por día (30 litros por persona).

Esa cifra es el doble del estándar mínimo que es de 15 litros por persona por día.

Fuente: Unicef, julio de 2013

Para evitar esto, el campamento de Azraq cuenta con una estación de policía ubicada en un sitio estratégico.

"La seguridad es nuestra prioridad. Diferentes sectores de la policía están aquí para ayudarnos a mantener la seguridad en el campamento", explica Atef al Amoush, de la seguridad jordana.

El perímetro del recinto, que estará patrullado por el ejército jordano, está protegido por alambre de púa y los refugiados no pueden abandonar el campamento sin permiso.

Al llegar, los refugiados se registran en el centro de recepción donde se los provee con información básica, incluyendo un mapa, y una ración de alimentos para una semana.

También se los provee con diferentes utensilios y otros implementos para el hogar como colchones, frazadas, baldes, tachos de basura, cocinas de gas, y linternas solares.

"Estas son cosas esenciales para sobrevivir en un campamento de refugiados", explica Carlo Gherardi del Concejo Noruego para Refugiados, organización que se encarga de distribuir estos bienes.

Solución efectiva

Policía

Azraq cuenta con una estación de policía ubicada en un sitio estratégico para garantizar la seguridad en el campamento.

A partir de ahora, todos los sirios que lleguen a Jordania serán trasladados a Azraq, a menos que tengan familiares a los que quieran unirse en Zaatari.

Con la llegada de cientos de sirios cada día -que en su mayoría provienen de Deraa, zonas rurales de Damasco, Alepo y Homs- se espera que el número de refugiados en Azraq aumente velozmente.

Jordania tiene ahora 600.000 refugiados sirios registrados. Esto supone una presión enorme sobre los servicios sanitarios y educativos, y sobre la disponibilidad de un recurso escaso: el agua.

Sin una señal de que el conflicto en Siria esté cerca de resolverse, la apertura de un nuevo campamento es un intento por controlar la crisis de manera más efectiva, a sabiendas de que, muy posiblemente, los refugiados permanecerán allí por unos cuantos años.