En medio de la mayor crisis binacional de las últimas décadas, México ganó este martes, 25 de abril, una disputa a Estados Unidos.
La Organización Mundial de Comercio (OMC) autorizó al gobierno mexicano a imponer sanciones hasta por US$163,2 millones como una compensación por los obstáculos a la venta de atún en el mercado estadounidense.
Es el capítulo más reciente en la larga controversia entre ambos países, que se remonta a la década de 1990.
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La resolución de la OMC se emite después de un proceso iniciado en 2008, pero se da a conocer en momentos en que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reactiva sus críticas al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Trump ha dicho que aplicaría cuotas a la importación de productos mexicanos como una forma de financiar la ampliación de un muro en la frontera sur de EE.UU.
Al conocerse el fallo, la Secretaría de Economía mexicana anunció que aplicará "inmediatamente" medidas para retirar algunos beneficios que gozan las importaciones estadounidenses.
Sin embargo, la autorización de aplicar sanciones podría anularse en julio de este año en caso de que la OMC compruebe que Estados Unidos dejó de obstaculizar la importación del producto mexicano.
Según la agencia Reuters, la representación comercial de Estados Unidos considera que la OMC no tomó en cuenta las recientes modificaciones a las reglas del mercado de atún en su país.
Disputas legales
La controversia que perdió Estados Unidos se refiere a sus normas para el etiquetado del atún importado, establecidas en la Ley de Protección de Mamíferos Marinos.
Los productores mexicanos aseguran que, por presiones de organizaciones ambientalistas y empacadoras de aquel país, desde la década pasada se estableció que las latas llevaran la etiqueta Dolphin Safe (delfines protegidos).
Esta leyenda se otorga a quienes realizan la pesca sin ocasionar la muerte de los delfines.
Pero el etiquetado se ha negado a los atunes mexicanos, a pesar de que ese país demostró que la pesca se realiza con base en los estándares internacionales de protección a los delfines.
Una decisión que el gobierno y productores mexicanos denunciaron como discriminatorias.
Esa fue la razón de la controversia iniciada en 2008, y que hace dos años favoreció a México.
La OMC determinó entonces que EE.UU. debía modificar su legislación o bien aplicarla de la misma forma a todos los exportadores de atún.
En 2013, la Casa Blanca había cambiado sus normas, pero de forma insuficiente, según el organismo internacional pues aún mantenían un trato distinto hacia el atún mexicano.
El año pasado la Ley de Protección de Mamíferos Marinos se cambió de nuevo, para ampliar las restricciones de importación a otros países.
Pero a ese momento ya estaba en curso el proceso para asignar el monto de las sanciones hacia Estados Unidos.
Los productos sancionados
La autorización de sanciones no significa que el gobierno de Donald Trump pague los US$163 millones, se trata de aplicar medidas compensatorias a algunos productos estadunidenses, hasta completar el monto autorizado por la OMC.
Es, por cierto, la tercera parte de lo que México demandó a su socio comercial. En la controversia había solicitado US$472,3 millones que es el daño que, afirma, se ha causado a la industria atunera al impedirse la venta sin obstáculos en el mercado estadunidense.
La Secretaría de Economía no informó de las mercancías eventualmente afectadas por la medida de la OMC, pero desde el año pasado la dependencia revisa la posibilidad de sancionar la compra de productos avícolas.
Además, medios especializados de México recuerdan que, desde hace algunas semanas, también se evalúa revisar las importaciones de jarabe de maíz de alta fructosa.
Empresarios del país alegan desde hace más de una década que el valor de este producto es más bajo al que se hace en su territorio.
El jarabe, junto con el azúcar, es parte de otra controversia comercial. Recientemente el Departamento de Comercio estadunidense redujo la cuota de importación del dulce mexicano.