"Chicos, estoy bien. No es necesario que luchen para liberarme. Marchen por Tverskaya (la avenida principal de Moscú). Y recuerden, el tema del día es la lucha contra la corrupción".
Esas fueron las últimas palabras que dijo Alexei Navalny este domingo, antes de que la policía rusa lo obligara a meterse en su furgón.
El principal líder de la oposición en Rusia fue arrestado cuando se disponía a unirse a la protesta antigubernamental que él mismo había organizado.
Y no fue el único al que detuvieron entre las proclamas de "¡Abajo (el presidente ruso Vladimir) Putin!", "¡Viva una Rusia sin Putin!" o "¡Putin es un ladrón!".
En Moscú unos 500 manifestantes corrieron su misma suerte, y también hubo detenidos en las marchas que tuvieron lugar en San Petersburgo, Vladivostok, Novosibirsk, Tomsk y otras ciudades del país.
Los corresponsales de la BBC en el país describen como las importantes registradas en Rusia desde las multitudinarias de 2011 y 2012.
Aunque el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, las tachó de "provocación" y aseguró que entre los manifestantes había jóvenes a los que sobornaron para marchar.
Por su parte, Estados Unidos y la Unión Europea criticaron a Rusia por haber "impedido el ejercicio de las libertades básicas de expresión, asociación y reunión pacífica, que son derechos fundamentales consagrados en la Constitución rusa", y se mostraron "preocupados" por el arresto de Navalny.
¿Pero quién es este personaje?
Denuncias en el blog
Navalny nació el 4 de junio de 1976 en Obninsk, unos 100 kilómetros al suroeste de Moscú, y allí creció, aunque pasaba todos los veranos con su abuela paterna en Ucrania.
Se graduó de la licenciatura en Derecho en la Universidad Rusa de la Amistad de los Pueblos en 1998 y entre 1999 y 2001 se especializó en finanzas en la Universidad de Finanzas del Gobierno de la Federación Rusa.
Y en 2010 consiguió una beca para estudiar en la Universidad de Yale, un prestigioso centro de EE.UU.
Aunque para aquel entonces ya no pertenecía a Yábloko, el Partido Democrático Unido de Rusia, la formación de ideología social liberal en la que empezó a militar en 1998, se había vuelto una figura política prominente.
Su nombre empezó a sonar en 2008, cuando comenzó a acusar de mala práctica y corrupción a algunas de las grandes corporaciones controladas por el Estado en el blog que lleva su nombre.
Desde éste, urgió a los ciudadanos a que votaran por "cualquier candidato" que no fuera Putin en las elecciones legislativas de 2011.
Y aunque Rusia Unida se erigió como ganadora de los comicios, celebrados el 4 de diciembre de ese año, las acusaciones de fraude generalizado no cesaron y provocaron manifestaciones multitudinarias en las principales ciudades rusas.
"No hay nada que temer"
El 5 de diciembre, en el marco de esas protestas, Navalny fue detenido, acusado de obstaculizar el trabajo de la policía, y condenado a 15 días de prisión.
"No tengo miedo y estos 15 días preso me convencieron que no hay nada que temer", declaró Navalny al salir, ante una congregación de unos 120.000 manifestantes.
"Que sean ellos los que estén asustados", prosiguió, refiriéndose a los miembros de Rusia Unida.
"Es un partido de estafadores y ladrones que está postulando al jefe de los estafadores y de los ladrones a la presidencia", añadió, señalando a Putin.
En las elecciones presidenciales del 4 de marzo de 2012, "debemos votar contra él, luchar contra él" concluyó.
Sin embargo, en esos comicios también salió victorioso Putin.
Navalny no se dio por vencido, y tras presentarse como candidato durante las elecciones a la alcaldía de Moscú en 2013 -obtuvo el 27% de los votos, todo un éxito, teniendo en cuenta que no pudo hacer campaña por televisión-, intensificó sus ataques contra el gobierno.
Lo hizo sobre todo a través de las redes sociales, en las que se burlaba de la élite leal al presidente con su lenguaje ágil e incisivo, con lo que logró atraer la atención de los más jóvenes.
Juicio y condena
Pero el Comité de Investigación comenzó a indagar en sus actividades pasadas, y ese mismo año fue llevado ante el juez.
Éste lo halló culpable de liderar un grupo que malversó madera de la empresa estatal Kirovles por valor de US$500.000 cuando trabajaba como asesor del gobernador de Kriov, Nikita Belykh.
El juicio terminó con una sentencia suspendida de cinco años de prisión, un veredicto que sus simpatizantes interpretaron como políticamente motivado.
Asimismo, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, la máxima autoridad judicial de Europa en esa materia, determinó que no había sido un juicio justo y la Corte Suprema de Rusia ordenó un nuevo proceso.
Navalny adelantó que el segundo juicio sería una "copia exacta" del primero, y vaticinó que el juez lo volvería a declarar culpable.
Y así ocurrió.
En febrero de 2017 el juez Alexei Vtyurin confirmó los cinco años de prisión suspendida por haber "organizado un crimen que luego cometió un grupo de personas y que consistió en el saqueo a gran escala de la propiedad de otros".
Navalny negó los cargos y aseguró que fue una maniobra para eliminarlo de la carrera hacia las elecciones presidenciales de 2018, a las que pretendía concurrir para "destruir el estado feudal que está siendo construido en Rusia, destruir el sistema de gobierno en el que el 83% de la riqueza nacional está en manos del 0,5 % de la población".
Y es que, según él, el sistema de Putin está "chupando la sangre" a Rusia.
Sin embargo, Navalny no cuenta con el apoyo de otras las figuras opositoras al presidente, quienes sospechan de sus "flirteos" con el nacionalismo.
Y señalan eventos como el del Día de la Unidad Nacional, un festivo con el que desde 2005 se sustituye la celebración de la Revolución Rusa.
Durante la edición de 2011, Navalny le dijo a la agencia de noticias Reuters que Rusia debe "debatir sobre los problemas que existen en la sociedad pero que son tabú, y que nunca se hablaron en el Parlamento, en la televisión ni en ningún otro lado".
"Tenemos problemas con la inmigración ilegal, problemas en el Cáucaso".