Habían pasado 26 partidos y ocho meses desde que Forlán debutó en Inglaterra, pero en su cuenta no aparecía ningún gol. "Alivio, fueron muchos postes, balones sobre la línea durante su calvario", se escuchó desde la cabina de transmisión cuando el delantero convirtió su primer tanto y fue abrazado por todos sus compañeros.
Forlán llegó en enero de 2002 a Old Trafford precedido por su fama de goleador con el Independiente de Avellaneda argentino. Fue recibido por Alex Ferguson, quien personalmente le mostró la ciudad mientras lo llevaba al hotel.
Durante sus dos años y medio en Manchester el "diablo rojo" número 21 vivió muchas cosas en la intimidad del vestuario, como un título de Liga, una Copa y una Supercopa. También el temperamento del entrenador escocés.
Forlán conversó con BBC Mundo sobre esos años.
¿Cuál es la primera imagen que se te viene a la mente cuando piensas en Alex Ferguson? Qué recuerdas en particular de él?
El gran entrenador que es y lo que fue, lo que brindó para el fútbol mundial ni que hablar para el Manchester United, no sólo como entrenador sino como persona lo que significa para el club. Es un emblema.
Todo el mundo sabía que en algún momento se iba a retirar. Por lo menos se pudo disfrutar tantos años, 26, como los que tuvo allí en Old Trafford.
¿Cómo fue la reacción de Ferguson cuando sufriste la sequía goleadora?
Mostró la confianza que tenía en mi, por lo que me habían contratado, por lo que me había visto, por las condiciones que tenía, puedes hacer más o menos goles.
En ese momento, fue verdad que parece un tiempo amplio, (pero) entre los minutos y partidos jugados no pasaban de seis partidos. Obviamente que en el tiempo de esos seis partidos pasaron meses.
Siempre tuve el apoyo de él y no hubo nada diferente porque no estaba haciendo goles. Lo mismo de cuando yo había llegado.
"Siempre estaba pendiente de todo y yo creo que eso es muy importante dentro de un grupo, no sólo a nivel futbolístico, sino también saber lo que el jugador quiere a nivel personal."
Diego Forlán
¿Llegaste a tener miedo?
No para nada. La verdad es que fue un placer. Cuando ganabas podías tener tres días libres y no había problema. Cuando las cosas no iban bien, sí tenía que poner mano dura, ponía mano dura.
A los jóvenes, por ejemplo, que venían de lejos (él) sabía lo que significaba la familia, el estar lejos, y le daba unos días más. Siempre estaba pendiente de todo y yo creo que eso es muy importante dentro de un grupo, no sólo a nivel futbolístico, sino también saber lo que el jugador quiere a nivel personal.
¿Cómo era cuando se molestaba?
Era bastante caliente. Tiene temperamento y te lo hacía sentir. Si había algo que no le gustaba dentro del partido sin ninguna duda que lo ibas a sentir. Y no era la mejor manera que podía ser, pero era la mejor que tenía que ser porque si es algo que le disgustó o perdió el partido por algo sin lugar a dudas que estaba allí para remarcártelo.
¿Hubo un momento que desafiaste su consejo?
El me había avisado mucho tiempo antes que yo jugaba con tacos altos pero no tan altos como los que quería él. Habían pasado meses desde que me lo dijo y en un partido con el Chelsea me resbalo en una jugada y no llego a tener la situación clara de gol. Sabía que después del partido iba a venir hacia mí porque me lo había dicho dos meses antes y tenía razón. Obviamente vino bastante molesto y caliente allí pero con toda la razón y uno aprende de esos errores.
¿Y el incidente con Beckham?
Allí fue una situación normal, un encontronazo.
¿Qué tipo de padre es Ferguson?
Tiene mucha afinidad con los jugadores y está siempre cerca, eso es lo que se destaca de él. Es como tiene que ser, es comprensivo y también tiene su temperamento cuando las cosas no van como él quiere, es normal.
¿Cuál crees que ha sido la fórmula para que se mantuviera tantos años?
Primero el nivel futbolístico, saber (de fútbol) y plasmarlo dentro de la cancha y segundo yo creo que también se da en el equipo y en el lugar donde está.
En Inglaterra es obvio que también existen las presiones pero (lo que pasa ) en Manchester es muy difícil explicarlo. Es un club especial, es un lugar donde respetan mucho, donde hay un cariño muy grande, un club enorme pero a la vez es un club donde todo el mundo se conoce y eso es algo especial y él dentro de allí significaba mucho, no sólo como entrenador, sino como persona.
Se dieron todas las cosas juntas, que creo que será difícil encontrar una situación igual… La verdad es que es algo lindo.