Antes de convertirse en presidente de Estados Unidos, Donald Trump no paraba de criticar a China y hasta cuestionó el estatus de Taiwán que Pekín considera una provincia separatista.
Pero desde entonces, las aguas parecen haber vuelto a su cauce, y Trump ha dejado de amenazar a China, mientras que personajes claves de su gobierno están en contacto permanente con sus homólogos chinos.
De hecho, este lunes, el mandatario recibió en la Casa Blanca al consejero estatal Yang Jiechi, el diplomático de mayor rango de China para hablar de la posibilidad de coordinar un encuentro con el presidente Xi Jinping.
¿Cómo ha sido posible que China pasara de ser el "enemigo" o de "tramposos" a estar hablando de cooperación bilateral y hasta una cumbre presidencial?
¿Qué ha ocurrido? Te contamos 7 claves que explican cómo China ha logrado -al menos por ahora- neutralizar el "huracán" Trump.
1. Cultiva a la familia
Pekín pronto se dio cuenta que el gobierno de Trump sería distinto a los anteriores. Y no despreció la importancia de la familia.
Antes de que el propio Trump y miembros de su gobierno hablaran con personajes claves del Ejecutivo chino y mientras las redes sociales del gigante asiático hervían sobre las razones por las cuales Trump no envió una felicitación por el Año Nuevo chino, el embajador de ese país en Washington, Cui Tiankai, contactó hábilmente con la hija del presidente, Ivanka.
Ésta a su vez hizo una aparición pública en un acto de Año Nuevo en la embajada de Pekín en Washington.
Su marido, Jared Kushner, también mantuvo líneas de comunicación abiertas con Pekín a través de sus socios comerciales chinos.
Y la otra hija de Trump, Tiffany, se sentó en primera fila durante el desfile de moda de la diseñadora de moda china Taoray Wang en Nueva York.
Para afianzar esta red de contactos informales con el entorno de Trump, el empresario chino más famoso, Jack Ma, se reunió con él y prometió crear un millón de puestos de trabajo en EE.UU. para productos estadounidenses que se venderían a través de su plataforma de venta electrónica Alibaba.
Y es que en China a las empresas privadas el Partido Comunista les exige que actúen como agentes del país en asuntos de interés nacional.
Jack Ma hizo lo que le pidieron. Así como 100 empresas que pagaron por un anuncio para Trump en los famosos paneles electrónicos de Times Square en Nueva York.
2. Haz regalos
El imperio empresarial de Trump tiene varios casos sobre conflicto de patentes languideciendo en los tribunales chinos.
Pekín no esconde que los tribunales del país responden a intereses del Partido Comunista.
Así que fue un sencillo acto de buena voluntad acelerar el registro para patentar servicios de una constructora de Trump solicitados hace una década.
Los trámites se aceleraron el pasado otoño sin hacer ruido y el caso se cerró exitosamente (para Trump) la semana pasada.
3. Mantente tranquilo mientras puedas
China no duda en denunciar fuerzas externas o acusar a gobiernos extranjeros de dañar los sentimientos de los chinos. Trump dio innumerables ocasiones para que Pekín reaccionara de forma airada.
Funcionarios de su campaña también amenazaron con tomar medidas firmes por una disputa territorial en el mar del Sur de China.
Pero Pekín siempre mantuvo siempre sangre fría y una disciplina férrea, y se mordió la lengua.
La agencia oficial china, Xinhua señaló lo siguiente sobre Trump: "Pronto se dará cuenta que los líderes de ambos países deben de usar una manera más madura y efectiva para comunicarse que lanzarse púas comerciales a través de Twitter".
Desde la elección de Trump en noviembre, los medios chinos han estado muy controlados y han mantenido un tono neutro en la cobertura sobre EE.UU.
4. Ten el guión claro
Al contrario de otros líderes mundiales, el presidente chino Xi Jinping tardó en llamar a Trump después de que éste asumiera la jefatura del gobierno en enero.
Aprendiendo de las conversaciones entre el mandatario estadounidense y sus homólogos australiano y mexicano, Pekín quiso evitar un incidente diplomático.
Así que esperó a que los pesos pesados de la nueva administración como el secretario de Defensa, James Mattis, y el secretario de Estado, Rex Tillerson, estuviesen en la habitación (en algunos casos literalmente), moderando así la reacción de Trump.
Cuando la llamada entre Trump y Xi finalmente se produjo, Pekín logró que EE.UU. defendiera la política de "Una Sola China" contra Taiwán y que la conversación fuese fluida.
Como resultado, el presidente Xi salió del encuentro con una reputación como alguien firme y paciente.
5. Habla con dulzura mientras resulte
Desde esa llamada, las líneas entre Pekín y Washington han estado abiertas.
El nuevo secretario del Tesoro estadounidense, Steve Mnuchin, ha conversado con varios personajes clave chinos sobre asuntos económicos. Y Tillerson se reunió con su homólogo Wang Li entre otros.
Pekín ya está hablando de implementar "el consenso alcanzado entre el presidente Xi y el presidente Trump", una relación "sin conflicto, sin confrontación, de respeto mutuo y que beneficie a ambas partes".
6. Cede cuando puedas
En términos prácticos, China sabe que tiene que ceder en algunos temas cuando sea posible. Ya hizo eso suspendiendo la importación de carbón desde Corea del Norte, un país que preocupa mucho a EE.UU.
Por supuesto que Pekín dice que se trata de un tecnicismo relacionado con cuotas de importaciones de su país vecino y aliado.
Pero las últimas provocaciones de Pyongyang, incluyendo una prueba de un misil balístico, han hecho saltar las alarmas de EE.UU. sobre el programa nuclear de este país asiático, por lo que China habría decidido presionar al líder norcoreano Kim Jong-un y ofrecer una zanahoria a Washington.
7. Convierte la debilidad de su rival en tu fuerza
El presidente Xi se ha presentado como el polo opuesto de Trump.
En el Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, apareció como gran defensor de la globalización y el libre mercado.
Por supuesto que China no es un gran ejemplo con un mercado doméstico muy protegido. Pero en tiempos de "hechos alternativos", esta retórica resonó con fuerza.
En la región, China se presenta como valedora del comercio multilateral, aprovechando que EE.UU. renunció al Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, también conocido como TPP por sus siglas en inglés, que buscaba afianzar el liderazgo económico estadounidense en la zona.
Por si esto no fuera suficiente, las escenas de manifestantes en las calles de las ciudades estadounidenses denunciando a Trump y éste atacando a los periodistas de su país acusándoles de difundir noticias falsas, han venido como anillo al dedo para China.
Y es que Pekín hasta ahora tenía problemas por su imagen de país controlado por un partido único frente al glamour de la imagen liberal y democrática de EE.UU. en la región.
Con todo, China ha logrado neutralizar los riesgos de Trump y aprovecharse de las ventajas.
Pekín por tanto parece haber ganado el primer round contra Washington. Pero habrá muchos más.