El llanto descontrolado de muchos de los presentes en las gradas del Camp Nou, que explotó de júbilo tras el tanto de Sergi Roberto en el último suspiro del partido, fue reflejo del torbellino de emociones que se vivió durante 90 minutos en el terreno de juego.
Fue el sexto gol de la goleada histórica del Barcelona sobre el París Saint-Germain que completó la remontada más espectacular que se haya visto jamás en la Liga de Campeones.
El pasado recuerda la de Liverpool en 2005 y la de Manchester United en 1999, ambas con el añadido que sirvieron para conseguir el título, pero hablando simplemente de fútbol es inevitable rendirse ante la evidencia de lo vivido la noche del 8 de marzo de 2017 en Barcelona.
Las palabras del periodista de la BBC Andy West, testigo en primera fila en el Camp Nou, describen el delirio de lo que ocurrió.
"Caos, un absoluto caos", contó West. "Todos a mi alrededor se abrazaban, saltaban, gritaban. Había hombres llorando y extraños se lanzaban a los brazos unos con otros".
"Fue algo profundo, una pasión instintiva a su máximo expresión, simplemente pura, sin palabras, una euforia sin conciencia".
"Desde un punto de vista personal fue un privilegio", dijo West quien confesó que tras dos décadas de estar cubriendo eventos deportivos de toda índole pensaba que no había nada capaz de conmoverlo.
"Estaba equivocado", admitió.
Pero cómo fue posible que el Barcelona lograra algo que nadie había podido hacer. Cuáles fueron los detalles del partido que propiciaron la ahora inolvidable remontada.
En BBC Mundo buscamos las respuestas.
1. La MSN
La esperanza de los aficionados culé se aferraba simplemente a la presencia en su equipo del argentino Lionel Messi, el uruguayo Luis Suárez y el brasileño Neymar.
Fuera simplemente de palabra o por convencimiento irracional de hincha, los que pensaron que era posible la remontada tras la debacle de París lo justificaban por la capacidad goleadora de los tres delanteros sudamericanos. Y no se equivocaron.
Suárez fue el primero en marcar y el más rápido en reaccionar para buscar el balón desde el fondo de la red. Messi no tuvo su mejor partido, cuidadosamente custodiado por el PSG, pero incluso así supo dar un paso atrás para asistir a la consagración de su principal escudero, Neymar, que asumió los galones para dirigir el arreón final del equipo.
Suyo fue el espectacular tiro libre que entró por toda la escuadra, reclamó la pelota para cobrar el penalti y dio la milimétrica asistencia en el tanto de Roberto, todo en siete minutos.
2. Cambio de libreto
El argentino Javier Mascherano reconoció que el Barcelona necesitaba un partido loco para lograr la remontada y eso fue lo que ocurrió en el campo, impulsado desde el inicio por el planteamiento del técnico Luis Enrique.
Sin nada que perder, el entrenador apostó por una defensa de tres hombres y un mediocampo de cuatro para acompañar al tridente de ataque, paró a su equipo en el campo rival y presionó la salida del PSG a 35 metros del arco rival.
"Los jugadores aceptaron el riesgo, hemos corrido infinidad de riesgos, no se puede correr más riesgos", reconoció Luis Enrique tras el partido.
3. Miedo en las venas
El PSG se olvidó muy rápido de la exhibición que ofreció hace tres semanas y en la mente de sus jugadores prevaleció más el pensamiento de tratar de evitar la remontada del Barcelona que el de volver a imponerse con fútbol en el campo.
El tempranero gol de Suárez cambió al interruptor del equipo a modo supervivencia y fue un alivio llegar al descanso con sólo dos goles en el marcador.
Tanto el técnico, Unai Emery, como los futbolistas del equipo parisino vivieron el partido en una montaña rusa de emociones que parecieron controlar con el gol del uruguayo Edinson Cavani, pero nuevamente fueron invadidos por el pánico y el desconcierto cuando Neymar marcó su tiro libre en el minuto 87.
Tampoco se entiende la suplencia del argentino Ángel di María, quien fue sorpresivamente relegado al banquillo pese a haber sido la figura en el partido de ida.
4. Decisiones arbitrales
Viendo el partido otra vez está claro que hubo dos decisiones clave del árbitro Deniz Aytekin que condicionaron el resultado final.
Fue un partido difícil de dirigir, en un marco de máxima presión tanto por el arrebato de los jugadores del Barcelona buscando la remontada, como por el nerviosismo de los futbolistas del PSG, de allí las 10 cartulinas amarillas que sacó.
La primera fue el penalti que cometió Mascherano a Di María cuando el Fideo se disponía a rematar sólo frente al potero Marc-Andre Ter Stegen. Fue una jugada rápida en la que Aytekin se encontró a casi 40 metros de la acción y no se percató del contacto, algo que sí debió haber visto el asistente ubicado detrás del arco.
La segunda fue la pena máxima a Suárez, que se dejó caer al sentir el mínimo contacto del brazo del brasileño Marquinhos.
La acción en vivo se vio a Suárez preparado para rematar al haberle ganado la posición al central del PSG, pero eso no es justificante para el árbitro alemán, que en esta ocasión se encontraba en inmejorable posición para ver que no hubo infracción.
En las otras dos jugadas polémicas sí acertó, tanto al no decretar penalti la mano de Mascherano en el área en el primer tiempo como la falta cometida sobre Neymar en la segunda parte que convirtió Messi desde el punto penal.
5. El público
"Una cosa que creo define esta victoria es la fe. La fe que ha tenido los jugadores, sobre todo, y la fe que ha tenido el público", resaltó Luis Enrique.
"Normalmente el Camp Nou es un campo en el que 10 minutos antes la gente se va. Hoy no se han ido ni después de ganar ni de la celebración".
6. Los"si" que hubieran cambiado el guión
Más allá de los puntos mencionado anteriormente hubo momentos cruciales del partido que fácilmente hubieran podido cambiar el desenlace del partido, como ocurre siempre en el fútbol:
- Si la rotación del balón no hubiera hecho que la pelota rebotara hacia Luis Suárez en el primer gol del partido en el minuto tres.
- Si Marquinhos hubiera despejado antes de que Iniesta lo sorprendiera por el otro lado, le quitara la pelota y en el mismo movimiento cruzará la pelota de tacón que propició el segundo gol del Barcelona.
- Si Cavani hubiera anotado su gol en el minuto 52 en lugar de pegar la pelota en el poste.
- Si el delantero uruguayo hubiera convertido el segundo del PSG en el minuto 64, tres después de anotar su primero. Su remate lo desvió Ter Stegen con el pie.
- Si Di María no hubiera esperado tanto para rematar en el minuto 85.
- Si no se hubiera cometido la falta sobre Ter Stegen que propició la última jugada del partido y el tanto de Roberto.