León en el zoo South Lakes Safari, Cumbria, Inglaterra.Derechos de autor de la imagen
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No todos los animales del zoo South Lakes Safari tienen el aspecto saludable de este león, según pudieron confirmar los inspectores.

El cadáver de un mono ardilla (Saimiri sciureus) detrás de un radiador, en avanzado estado de descomposición.

O una tortuga africana con espuelas (Centrochelys sulcate) llamada Goliath electrocutada por el alambrado eléctrico.

Esos son sólo dos de los casos con los que se encontró un grupo de inspectores al revisar lo ocurrido en el South Lakes Safari, un zoológico de Cumbria, en el noroeste de Inglaterra, entre diciembre de 2013 y septiembre de 2016.

Los auditores descubrieron que en menos de cuatro años murieron en el zoo 486 animales, un 12% de su población al año, por causas que incluyen la hipotermia y la delgadez extrema.

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Según la última inspección, en el zoo South Lakes Safari, de Cumbria, perdió al año el 12% de sus animales entre diciembre de 2013 y septiembre de 2016.

"Identificamos problemas significativos causados por la sobrepoblación, la escasa higiene, la mala nutrición, la falta de una adecuada cría de animales y de cualquier tipo de cuidado veterinario".

Así concluyeron los expertos en su informe, que presentaron días antes de que el consejo municipal de Barrow-in-Furness evalúe si extiende o no la licencia al centro, que hoy cuenta con 2.500 animales, y que han publicado varios medios británicos.

Penalizaciones y multas

En el documento incluyeron un catálogo de animales malogrados, como los leopardos Miska y Natasja, a quienes sus cuidadores descubrieron medio devorados en su recinto en octubre de 2015.

También describieron trágico final de dos jirafas.

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La eutanasia practicada a una jirafa en 2015 dejó patente que la manada de esos animales sufría una severa desnutrición.

El primero murió en 2015 por una infección gastrointestinal, según los expertos causado probablemente por la bacteria E. coli, y al segundo le tuvieron que practicar la eutanasia a los nueve meses, por los dolores insoportables que sufría.

La autopsia que un veterinario independiente le practicó a ésta última dejó patente los malos niveles de nutrición de la manada de jirafas.

Además, en junio de 2015 una tortuga leopardo (Stigmochelys pardalis) murió de frío, apenas un año después de que un zorro del desierto (Vulpes zerda) falleciera después de que se le quedara la cabeza atrapada en la cerca de alambre.

El zoológico ya ha sido penalizado anteriormente por problemas relacionados con la seguridad y la salud de los animales.

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Stephen McClay

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Sarah McClay, una cuidadora del South Lakes Safari, murió después de ser atacada por un tigre de Sumatra en junio.

La última vez fue en junio, cuando fue multado con US$314.000 después de que Sarah McClay, una empleada del centro de 24 años, muriera tras ser atacada por un tigre de Sumatra (Panthera tigris sumatrae).

Peticiones de cierre

Pero ahora se enfrenta a un posible cierre y su fundador, David Gill, a un posible procesamiento "por violar el Acta de Bienestar Animal, por permitir que los animales sufran".

Eso es al menos lo que han solicitado los inspectores al consejo municipal de Barrow-in-Furness, la autoridad local cuyos miembros deben decidir este 6 de marzo si renuevan o no al zoológico la licencia para operar.

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La inspección más reciente en el South Lakes Safari también ha concluido que el zoo tiene sobrepoblación y que no existe "cuidado veterinario de ningún tipo".

Algo que también ha pedido la Sociedad para la Protección de Animales en Cautiverio (CAPS, por sus siglas en inglés), que ha descrito los hallazgos como "nada menos que escandalosos".

"El informe más reciente sobre las inspecciones (en el zoo) han dejado patente que los animales están muriendo de hipotermia, delgadez extrema, incluso por intentar huir, y es simplemente inaceptable", le dijo Maddy Taylor, miembro de la organización, al diario británico The Telegraph.

"Así que urgimos al consejo que tome el asunto en serio y que cierre el zoo".

"Persona no adecuada"

Gill obtuvo en junio de 2010 un permiso de seis años para su centro, que solicitó ampliar en junio de 2016.

En un principio el consejo municipal rechazó la petición, que argumentó diciendo que Gill no era la "persona adecuada" para gestionar la institución.

Como consecuencia, a finales del año pasado Gill dejó la gestión del centro a la empresa Cumbria Zoo Company Ltd., aunque continúa siendo el titular de la licencia.

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David Gill obtuvo en 2010 una licencia para el zoo por seis años.

"El acuerdo actual contempla que la gestión completa del zoológico ha sido cedida al Cumbria Zoo Company Ltd. por seis meses", informó a través de un comunicado un representante del fundador de South Lakes Safari.

"El señor Gill sigue siendo el titular de la licencia, pero se ha retirado de todas las actividades comerciales y de gestión relacionadas con el zoo".

Por su parte, Karen Brewer, la directora ejecutiva de Cumbria Zoo Company Ltd. aseguró a los medios ingleses que su empresa está comprometida con ofrecer un trato respetuoso a los animales y con proveerles un entorno que satisfaga "sus necesidades físicas y de conducta".