Casi un mes después de que la primera ministra británica, Theresa May, iniciara formalmente el proceso para abandonar la Unión Europea (UE) después de 44 años de formar parte del bloque, continúa la confusión sobre cuáles serán los términos de la relación entre Reino Unido y la UE tras el llamado Brexit.
Desde que se aprobó el Brexit en un referendo en junio del año pasado, pocos sectores de la sociedad británica han manifestado una oposición tan unánime a la salida de Reino Unido de la UE como la comunidad científica (82% en contra y 12% a favor, según una encuesta de la revista Nature).
Y no es para menos. La gran mayoría de los científicos británicos cree que el Brexit socavará el rol de Reino Unido como potencia científica y el país dejará de ocupar el lugar prominente que ocupa hoy día en investigación e innovación.
BBC Mundo te explica cuales son los principales temas que le preocupan a esta comunidad.
1. Financiamiento
"En los últimos años ha habido una disminución lenta pero gradual de los fondos destinados para la ciencia", le explica a BBC Mundo Paul Newman, líder del Grupo de Física de Partículas de la Universidad de Birmingham, en Reino Unido, e investigador del Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN) en Suiza.
"Por eso departamentos de Física como el mío dependen ahora de la UE, que aporta un 25% de los fondos", añade.
En total, las universidades británicas reciben de la UE fondos de más de US$1.000 millones al año. Además, un elevado número de investigadores británicos se benefician de las becas más prestigiosas del Consejo Europeo de Investigación.
Pero una de las condiciones para acceder a estos fondos es el libre movimiento de personas, un tema cuyo futuro sigue pendiente en las negociaciones del Brexit.
Y aunque las instituciones británicas o los individuos puedan solicitar ayuda económica bajo esquemas de colaboración fuera del bloque, esta representaría una fracción mínima respecto a la que recibe en la actualidad.
Sin embargo, no todo es cuestión de plata. Incluso si el gobierno decide aumentar su inversión en investigación para compensar por la pérdida de recursos provenientes de la UE, el dinero no reemplazará automáticamente la compleja red de colaboración en intercambio que existe entre los departamentos de ciencia europeos.
2. Colaboración
"El modelo en el que el desarrollo científico funciona mejor es a través de la colaboración entre personas que trabajan en distintas instituciones. Y eso funciona particularmente bien cuando la colaboración cruza las fronteras, ya que la gente tiene una formación, una cultura y una experiencia diferentes", afirma Newman.
La falta de claridad respecto al movimiento de académicos ensombrece el espíritu de colaboración que forma parte intrínseca de la investigación científica.
Si este proceso se torna excesivamente complejo y costoso, las instituciones científicas tanto en Reino Unido como en la UE se verán obligadas a contratar investigadores de su propio entorno.
"Si reclutar a una persona de Francia se vuelve tan difícil como lo es actualmente reclutar a alguien de China o India, yo por ejemplo acabaré con un equipo conformado casi exclusivamente por británicos", le dice Newman a BBC Mundo, "y esto indefectiblemente nos hará menos competitivos".
3. Pérdida de jóvenes talentos
Por otra parte, el triunfo del referendo propició un ambiente en el que muchos extranjeros ya no se sienten bienvenidos.
"Si quieres ganar en términos de atraer talentos hacia tu país, éste tiene que mostrarse como un lugar agradable", observó Brian Cox, físico de partículas y reconocido divulgador científico.
Y esta imagen de país tolerante resultó dañada tras conocerse el resultado del referendo de junio.
¿Que investigador querrá venir a Reino Unido a trabajar si el clima ahora, en general, parece validar la intolerancia?, se preguntan muchos.
4. Caída de la libra esterlina
El efecto de la caída de la libra, que se produjo tras el referendo, también afecta de forma directa el campo de la ciencia.
Por empezar, la membresía que Reino Unido debe pagar a organizaciones científicas que no forman parte de la UE, como por ejemplo el CERN o la Agencia Espacial Europea, que se cotizan en francos suizos y euros respectivamente, son ahora más caras.
Y más cuestan también ahora los equipos y maquinarias que se usan en los laboratorios que son mayormente importados.
5. Jugadores de segunda
Y, por último, los científicos británicos -que son los que cuentan con mayor número de citas académicas, después de los estadounidenses- ven con preocupación cuál será el rol que ocuparán en los proyectos de gran alcance en los que puedan participar.
De acuerdo a un informe del sindicato Prospect sobre el impacto del Brexit en la ciencia, el referendo puso en duda la participación de Reino Unido en proyectos de gran envergadura como la misión a la Antártica para obtener la muestra más antigua de hielo, o la investigación sobre el potencial de la energía nuclear como fuente de energía limpia.
Tras el Brexit, se teme que las instituciones británicas pasen a jugar un rol secundario y no sean sus investigadores los que influyan en la dirección de los proyectos ni quienes reciban el reconocimiento por el trabajo.