Said Hajouli, un médico sirio que trabaja en el Centro Hospitalario de Washington, en Estados Unidos, había esperado todo un año para volver a ver a su esposa.
Huyeron juntos de la guerra de Siria hace dos años y se instalaron en Turquía.
Pero en 2015 él consiguió una visa J-1, de las que se otorga a médicos y expertos, para ejercer la medicina en EE.UU.
Apenas llevaban una semana casados.
Y ella decidió quedarse en Turquía, a la espera de una visa J-2, un permiso reservado a las esposas y a quienes dependen de un extranjero con visa J-1.
Finalmente, el 28 de enero Leen abordó un avión en Estambul con destino al Aeropuerto Internacional de Dulles Washington, en Virginia, EE.UU., donde pensaba reencontrarse con su marido.
Hacía menos de 24 horas que el presidente estadounidense, el republicano Donald Trump, había emitido una orden ejecutiva para suspender el ingreso al país de ciudadanos procedentes de Irak, Siria, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen, con el objetivo de "proteger a la nación de la entrada de terroristas extranjeros".
Y la directiva, que entró en vigor de forma inmediata el viernes, también implica la suspensión del Programa de Admisión de Refugiados durante 120 días y en el caso de los sirios, una prohibición indefinida hasta nuevo aviso.
"Se suponía que hoy iba a ser un día feliz", le contó Hajouli a la BBC el sábado en el aeropuerto, donde le habían informado que lo más probable era que devolvieran a su esposa a Turquía, aunque luego le dijeron que no.
Pero a las 11 de la noche aún seguía agarrado a la barandilla frente a la puerta de las llegadas internacionales.
1. Caos en los aeropuertos
La escena se ha repetido durante todo el fin de semana en ese y otros aeropuertos de EE.UU., los escenarios en los que más patente se ha hecho el caos generado por la última de las órdenes ejecutivas firmadas por Trump.
Y es que, en un principio el presidente no especificó qué medidas se esperaban que adoptaran las agencias de gobierno.
A lo que se sumó, el domingo, una orden dictada por la jueza federal Ann Donnelly, de Brooklyn, Nueva York.
Ésta suspende temporalmente la orden ejecutiva y paraliza la deportación de quienes llegaron a EE.UU. con una visa válida y quedaron detenidos en distintos aeropuertos, como es el caso de Leen, la esposa de Said Hajouli.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) informó que en las primeras 24 horas 109 personas habían sido detenidas en los aeropuertos de EE.UU. en relación con la orden ejecutiva y que otras 173 fueron retenidas antes de embarcar el vuelo.
Y otros jueces de al menos cuatro estados se han unido a Donnelly y han emitido órdenes para bloquear la restricción impuesta por el presidente.
Sin embargo, varios congresistas y fiscales han denunciado que los empleados de migración y de aduanas no acatan estas sentencias.
"Cuatro miembros del Congreso han pedido a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés, una agencia del gobierno) hacer cumplir a sus empleados la orden de un tribunal federal, y sus solicitudes han sido rechazadas", escribió Don Beyer, miembro de la Cámara de Representantes, el domingo en Twitter.
"Empleados pícaros de aduanas y agentes de la patrulla fronteriza siguen tratando de meter a gente en aviones", le dijo por su parte a los medios Becca Heller, directora del Proyecto Internacional de Asistencia a Refugiados, una organización no gubernamental, el domingo desde el aeropuerto JFK de Nueva York.
"Un montón de gente ha sido esposada y un montón de gente que no habla inglés ha sido forzada a tomar vuelos".
Ante esto, el DHS insistió el domingo que cumplirá con los dictámenes judiciales pero que seguirá poniendo en práctica la orden de Trump.
Mientras, el presidente contestó así este lunes en Twitter a las críticas por lo precipitado de la medida: "Si la prohibición se hubiera anunciado con una semana de antelación, los 'malos' se habrían apresurado a entrar al país".
2. Dudas con las 'green card'
La confusión también gira en torno a cómo afecta la orden ejecutiva a los ciudadanos de los siete países de mayoría musulmana a las que ésta apunta pero que tienen una "green card" o tarjeta de residente permanente y a aquellos que poseen doble nacionalidad.
Y es que, los mismos funcionarios de la administración Trump han caído en contradicciones en lo referente a esto último.
Por ejemplo, Reince Priebus, el jefe de gabinete, le dijo el domingo a la cadena estadounidense NBC que la medida "no afecta" a los residentes permanentes y más tarde declaró que "por supuesto" atañe a los ciudadanos de Irán, Irak, Siria, Sudán, Libia, Somalia y Yemen que cuentan con la green card.
Asimismo, en un comunicado enviado a los medios el domingo, el secretario de Seguridad Nacional, John Kelly, aclaraba la situación de estos ciudadanos y señalaba que "la residencia permanente legal será un factor determinante al valorar los casos uno por uno".
Y lo que se concluía de sus palabras es que a partir de ahora, los ciudadanos de esos siete países que cuenten con una green card y regresen a EE.UU. serán sometidos a más interrogatorios antes de ingresar al país.
"Es una medida a discreción de las autoridades aduaneras", declaró después Priebus.
Así, el domingo por la tarde el Departamento de Seguridad Nacional informó que desde la entrada en vigor de la orden ejecutiva se les había prohibido la entrada a 392 personas con green card o tarjeta de residente permanente.
3. Cambios en las aerolíneas
Para las aerolíneas la orden ejecutiva también está siendo un quebradero de cabeza, y no sólo por los pasajeros a los que no pueden permitir volar.
Emirates, una empresa con sede en Dubái y que vuela a 11 ciudades de EE.UU., ya ha anunciado que está haciendo "los ajustes necesarios en las tripulaciones, para cumplir con los últimos requerimientos".
Y es que la aerolínea tiene más de 23.000 empleados, entre ellos 4.000 pilotos, originarios de todo el mundo, incluidos los países a los que afecta la orden ejecutiva de Trump.
Por su parte, Etihad, una compañía aérea con sede en Abu Dhabi, informó este domingo que ha tomado "medidas para asegurar que no hay problemas por los vuelos programados para las próximas semanas".
De acuerdo a la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés), un organismo para la cooperación entre aerolíneas con 268 miembros de 117 países, la decisión de Trump ha tomado a las empresas por sorpresa.
"No puedo imaginar nada comparable. Esto provoca una mezcla de confusión administrativa, consecuencias e incertidumbre para muchos clientes, y al mismo tiempo dolores de cabeza y complicaciones para las aerolíneas a la hora de planificar sus vuelos", le dijo por su parte el consultor independiente John Strickland a la agencia de noticias Reuters.
Y es que la prohibición de Trump se aplica también a los pilotos y asistentes de vuelo de los siete países de mayoría musulmana que menciona la orden ejecutiva, y eso a pesar de que los que no son de EE.UU. ya necesitaban una visa especial para acceder al país mientras trabajan.
Para Nicoley Baublies, del sindicato alemán de las tripulaciones de cabina (IGL), la orden de Trump trae incertidumbre también a las aerolíneas.
"Lufthansa siempre se ha asegurado de tener unas tripulaciones muy diversas, con empleados de diferentes nacionalidades, y ahora esto significa que por primera vez debe prestar atención al país del que proceden sus empleados", le dijo a Reuters el domingo en el aeropuerto de Fráncfort, Alemania.
4. Preocupación en las empresas tecnológicas
Además del de la aviación, otro de los sectores a los que la orden ejecutiva de Trump genera incertidumbre es el de la tecnología.
Así, mientras se aclara la situación, la estadounidense Google ha pedido a sus empleados con doble nacionalidad pero originariamente de los siete países de mayoría musulmana a los que afecta la medida que no salgan de EE.UU.
Asimismo, ha solicitado a 100 de sus trabajadores afectados por la disposición y que trabajan en el extranjero que regresen al país.
Además, el gigante especializado en productos y servicios relacionados con internet, software y dispositivos electrónicos, le dijo este domingo a la BBC que teme que la disposición de Trump "bloquee el gran talento".
Microsoft también ha expresado una preocupación similar.
El presidente de Microsoft Corp, Brad Smith, dijo en una publicación en LinkedIn que 76 empleados de la empresa son ciudadanos de los siete países sobre los que pesa la prohibición.
Y es que las compañías tecnológicas suelen fichar a profesionales altamente preparados de todo el mundo a través de visas H1-B.
Además, "existe el riesgo de que se restrinja el acceso a toda esa capacidad intelectual y que asuste a la procedente de otros países que también pueden sentir que no es bienvenida, y que las grandes compañías tecnológicas tengan que replantearse dónde buscar sus empleados clave en el futuro", explica Joe Lynam, el corresponsal de la BBC especializado en negocios.
Ante esto, Facebook indicó que está evaluando el impacto en su trabajadores para determinar cuál es la mejor manera de protegerlos a ellos y sus familias.
Su presidente, Mark Zuckerberg, publicó en la red social que está "preocupado" por el decreto y que apoya a los inmigrantes.
Y Tim Cook, el jefe de Apple Inc, envió una carta a sus empleados expresando que el decreto no es una política que la empresa apoye y prometió ayudar a los trabajadores que se vean afectados.
"Apple no existiría sin inmigración", dijo Cook. Steve Jobs, el cofundador de la empresa, era hijo de un inmigrante sirio.
Directivos de las empresas Doordash, Airbnb, Lyft, VCs VCs, Box, Salesforce, Stripe, Etsy, Former Nest, EBay, Mozilla y Amazon también han rechazado la medida.
5. Denuncia en el cine
El cine también se ha visto afectado por la orden ejecutiva firmada el viernes y decenas de voces de la industria se han alzado en su contra.
Es el caso del director Asghar Farhadi, nominado al Oscar a mejor película de habla no inglesa por "El viajante".
Farhadi es de Irán, uno de los países afectados por la disposición del presidente estadounidense.
Y ya anunció que, aunque se haga una excepción con él y le den un permiso especial, no asistirá a la ceremonia de entrega de premios, que tendrá lugar en Los Ángeles el 26 de febrero.
"Humillar a una nación con el pretexto de garantizar la seguridad de otra no es un fenómeno nuevo en la historia y siempre ha sentado las bases para la creación de divisiones y enemistades futuras", expresó en un comunicado enviado al diario estadounidense The New York Times.
"Expreso mi condena de las condiciones injustas impuestas a algunos de mis compatriotas y a los ciudadanos de los otros seis países que intentan entrar legalmente en Estados Unidos. Y espero que la situación actual no dé lugar a una mayor división entre las naciones", concluyó.
Asimismo, la actriz protagonista de "El viajante", Taraneh Alidoosti, anunció su intención de boicotear la gala de los Oscar por considerar el cierre de fronteras promulgado por Trump una medida "racista".
Pero las críticas no solo le llegan del extranjero, también se escuchan en EE.UU.
Así, la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos remitió este domingo un comunicado en el que tachó la decisión del presidente de "extremadamente alarmante".
"La Academia celebra los logros en el arte cinematográfico, que buscan trascender fronteras y dirigirse a los espectadores de todo el mundo, independientemente de sus nacionalidades, etnias o diferencias religiosas".
Proclamas como esa también se escucharon durante los Premios del Sindicato de Actores (SAG, por sus siglas en inglés).
Ya al inicio, el presentador Ashton Kutcher saludó así: "Hola a todos los que están en casa y en los aeropuertos y que pertenecen a mis Estados Unidos".
"Estamos en un momento verdaderamente difícil en nuestro país y las cosas son inexcusables y espantosas", dijo por su parte Emma Stone, quien ganó el premio a la mejor actriz protagonista por su papel en la película La La Land.
Mahershala Ali, mientras, hizo referencia a su fe musulmana al aceptar el galardón por su papel de actor secundario en Moonlight.
Por su parte, Julia Louis-Dreyfus tachó la orden de "antiestadounidense".
Taylor Schilling, la protagonista de la serie Orange is the New Black, que versa sobre la vida en común de unas presas de origen hispano, afroestadounidense, ruso, también habló sobre el tema.
Se refirió a los personajes que ella y sus compañeras interpretan como "un grupo diverso de personas que representan a generaciones de familias que han llegado (a EE.UU.) en busca de una vida mejor".
Y condenas como estas no dejan de hacerse públicas en otros sectores de EE.UU., así como en la comunidad internacional.