Continuando el abordaje a rasgos generales de un componente fundamental  del  partidismo dominicano que debe ser estudiado por la Izquierda para  orientar su práctica en el curso de la historia y no fuera de ella, cabe destacar que del “partido” de Santana, salió también el de Báez, el partido Rojo.   Báez inició carrera bajo  la  protección de Santana y luego rompieron.

Quiénes eran los Rojos liderados por Báez?   Eran anti- Santanistas de  la  primera República y  ex Santanistas.

Quiénes eran los Azules, liderados en algún momento por Gregorio Luperón?   Eran Neoduartistas, Santanistas y desafectos del  Baecismo y su orientación general fue liberal.

Cuando por el año 1872, Báez intentó reelegirse en el poder, contrariando el interés de algunos de su  partido de ostentar la candidatura presidencial, los del partido Azul, sucesivamente derrotados por el caudillo del partido Rojo, encontraron la oportunidad de salir de este, y se aliaron a  la disidencia roja.  Esta alianza entre  rojos y miembros del partido Azul, desplazó a Báez del poder y lo mandó al exilio.  Manuel Altagracia Cáceres, Vicepresidente en el gobierno de Báez, fue de los cabecillas de esta acción.

Ignacio María González, era rojo,  logró atraer a seguidores del partido Azul y devino en líder del  partido Verde. Cesáreo Guillermo fue originalmente rojo, pero llegó a Presidente con los azules.  Lilís fue azul, y devino en Lilisista, conservador dictatorial.  En el Lilisismo participaron antiguos rojos, Baecistas.

Juan Isidro Jiménes y Horacio Vásquez llegaron unidos al gobierno un tiempo breve después del ajusticiamiento de Lilís en 1899. Luego se enfrentaron. La lucha entre Bolos, liderados por Juan Isidro Jiménes, y  Rabuses, liderados por Horacio Vásquez, dominó un momento de nuestra historia; pero también partidarios de unos y de otros se entrecruzaron de un lado para el otro.  Juan Isidro Jiménes apoyaría la candidatura presidencial de Alejandro Woss y Gil, que había sido Lilisista, y uno de sus seguidores, Eugenio Deschamps,  le  acompañaría como vicepresidente.  A poco de instalarse este gobierno, un partidario de los Bolos, Carlos F. Morález Languazco,  se alzaría en armas para derrocarlo, y  Bolos y  Rabuses que habían sido rivales, aparecerían juntos en una propuesta de gobierno presidida por este y como vicepresidente, Ramón Cáceres, de la fila de  esos últimos.

Más cerca a nuestros días,  trujillistas  votaron por el profesor Juan Bosch en las elecciones de 1962, atraídos por la consigna de “borrón y cuenta nueva” que este formuló en su campaña electoral, consciente de que ajusticiado Trujillo las bases sociales de lo que había sido su régimen quedaban dispersas.  Buena parte de los  trujillistas, de los partidarios de la Unión Cívica Nacional, y de los socialcristianos, terminaron siendo seguidores de Balaguer y el Partido Reformista. Desde 1994, y de manera más abierta y masiva desde 1996, votantes del  balaguerismo y  el PRSC comenzaron a trasvasarse hacia la figura del  Dr. Leonel  Fernández y el PLD.

Estos son hechos de la historia, en notas muy generales, pero que indican un componente del desenvolvimiento del partidismo político que habría que estudiar más a fondo a los fines de generalizar una conclusión.

La izquierda no ha sido beneficiaria en masa de esos trasvases constantes en la historia política dominicana. Por no conocer esa historia y por tanto no trabajar en el curso de la misma, y  por haber aparecido ante el pueblo de manera parcial, como luchadora por reivindicaciones sociales inmediatas, y  no como referente de poder.

Si como al efecto, la historia es ciencia, entonces urge entender esos componentes  y  ver  si  se expresan en la coyuntura en curso.   Esto hay que entenderlo y trabajarlo.  Porque es un solo pueblo con el que debemos lidiar.