Saná, 13 abr (EFE/Jaled Abdalá).- El movimiento rebelde de los hutíes anunció hoy que desde el inicio de la ofensiva árabe en el país el pasado 26 de marzo han muerto 2.571 civiles, mientras la ayuda humanitaria sigue llegando con cuentagotas a los aeropuertos y costas del país.
El portavoz del Ejército yemení -leal a los rebeldes hutíes-, Sharaf Luqman, precisó hoy en una rueda de prensa en Saná que entre esos fallecidos figuran 381 niños -menores de 15 años- y 214 mujeres, de las que cinco estaban embarazadas.
Además, señaló que se han producido 3.897 heridos, de los que 613 son menores y 457 mujeres.
El coronel informó de que la coalición árabe, liderada por Arabia Saudí, destruyó un total de 2.265 viviendas tras el bombardeo de 334 núcleos residenciales.
También han sufrido destrozos 1.200 edificios gubernamentales y públicos, entre ellos 72 colegios, de los que tres fueron bombardeados mientras los alumnos se encontraban dentro.
Ese tipo de ataques, unido a los combates entre las partes implicadas en el conflicto, han obligado a alrededor de 40.000 familias a abandonar sus hogares para refugiarse en otras zonas más seguras, añadió el militar.
Naciones Unidas afirmó hoy que son 120.000 personas las que han tenido que dejar sus casas desde el inicio de la ofensiva árabe.
Hace cuatro días, los hutíes cifraron los muertos por el conflicto en mil, un número más dispar al de hoy.
Por ello, Laqman se justificó asegurando que en esa ocasión se basaron en informaciones recogidas por los medios de comunicación extraoficiales, pero que ahora las cifras han sido recabadas por las autoridades.
En un mensaje a la coalición, Luqman amenazó con una respuesta del Ejército leal a los hutíes "fuerte, decidida y dura en el momento adecuado", sin ofrecer más detalles.
"Nos traicionaron. No estábamos preparados porque no esperábamos que nos atacara nuestro vecino (Arabia Saudí)", señaló el portavoz, quien agregó que la coalición no se ha atrevido a enfrentarse por tierra a las fuerzas yemeníes, limitando sus ataques a bombardeos aéreos.
Según Luqman, la intención de los ataques es "cercar por vía aérea, marítima y terrestre (el Yemen) para causar hambruna y obligar al pueblo yemení a arrodillarse".
"Deseamos que toda esa concentración de fuerzas árabes hubiera sido dirigida contra Israel, que oprime al pueblo árabe desde hace décadas", señaló también el militar.
En el habitual cruce de acusaciones, volvió a entrar hoy el portavoz de la coalición, Ahmed al Asiri, que en su rueda de prensa diaria desde Riad señaló de nuevo a "expertos no yemeníes", en alusión a Irán, que supuestamente ayudan a las milicias hutíes.
También acusó a los rebeldes chiíes de impedir los trabajos de socorro y de emergencia que poco a poco ayudan a los heridos en el país.
Hoy, el primer avión de la organización humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) aterrizó en Saná, con 15 toneladas de suministros médicos de urgencia.
Esta ayuda será repartida "entre las víctimas de los bombardeos aéreos de la coalición en todos los hospitales de la capital", dijeron a Efe fuentes de MSF en Saná.
"Necesitábamos esos suministros médicos y su llegada ahora nos permitirá responder mejor a las necesidades en diferentes partes del país", afirmó en un comunicado la coordinadora general de MSF en el Yemen, Marie-Elisabeth Ingres.
Este avión de MSF se une a otras dos aeronaves del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) que han llegado en los últimos días y a dos barcos de estas dos organizaciones que atracaron en el puerto de la ciudad meridional de Adén el pasado 8 de abril.
A pesar a ello, MSF alertó hoy de que aún hay muchas necesidades de índole médico y sanitario en el Yemen que deben ser cubiertas y por ello demandó mayores facilidades de acceso al país.
Ingres apuntó que "las rutas de suministro han de permanecer abiertas para permitir que llegue más ayuda, y debe facilitarse el acceso al país por mar y aire para transportar más suministros médicos y más equipos" hasta dentro del país. EFE