SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Este fin de semana de abril ya se forman filas en las boleterías y hay una oferta de cine para todos los gustos: Mortal Combat, la brutal refriega entre Godzilla y King King, la dulce y poética Nomadland  y la mejor muestra del cine dominicano de la temporada, Hotel Copellia.

Tras el cierre generalizado de actividades y centros públicos, decretado  el 17 de marzo de 2020, el país se quedó sin pantallas, ni historias. Las salas abrieron tímidamente el 7 de  octubre pasado, pero no ha sido sino hasta la tercera semana de febrero cuando se inició el proceso de acercamiento al cine por parte del público.

La concurrencia de cinéfilos a las salas de la cadena Caribbean Cinemas, la única que ha abierto funciones, comenzó a incrementar la pasada semana, pero desde este jueves 15, diversos factores han contribuido al regreso de la gente al cine y se ha pasado al recuerdo la imagen de las salas virtualmente vacías.

El primero es el deseo natural y hasta punto ya indetenible, de salir, aun fuera manteniendo las medidas protocolarias de seguridad sanitaria, como al efecto se ha establecido en las salas de Caribbean, cuyos pasos se presentan un corto animado difundido antes de cada función.

El segundo es lo atractivo de la cartelera, oferta que incluye la comercial y atrayente de jóvenes Mortal Combat;  el match de ficción animal entre dos criaturas que cinematográficamente tienen poder de atracción: Godzilla y King  Kong.

En las semanas por venir, hay blogbusters (éxitos de taquilla del verano) que incluyen Rápidos y Furiosos 9; la entrega 25 de James Bond, Sin tiempo para morir; Black Widow (la magia de los superhéroes alternativos de Marvell); The King’s Man: La primera misión; The Matrix 4 y Dune (versión de Denis Villeneuve), entre otras.

Escena de Hotel Coppelia, de José María Cabral, cinta que ha vendido casi la totalidad de sus boletas.

El caso Coppelia

La mejor muestra de la calidad del nuevo cine dominicano, Hotel Coppelia (José María Cabral), seduce por la crítica positiva, el aliento insufla al ánimo del público general que parece comenzar a dejar en el baúl de los recuerdos, la muy apelada frase: “Yo no veo cine dominicano”.

Las funciones de Hotel Coppelia se han producido con el máximo de público permitido (la mitad de las salas), como similarmente ocurre con las producciones comerciales internacionales.

Hotel Coppelia proviene de la dirección de un joven director que tiene la bendición internacional en medios y festivales de trascendencia, desde Carpinteros y El proyeccionista y su didáctico y denunciante documental Isla de Plástico (co-dirigido por Nashla Bogaert).

Hay quienes atribuyen las ventas formidables de su taquilla a sus escenas sexuales,  atractivo que fue viralizado por irresponsables  y que estaban incluso separadas de su contexto fílmico, en especial las de Nashla Bogaert, artista que ha sido objeto de una acción cultural vandálica al difundir esas tomas descontextualizadas del discurso general de filme de Cabral.

Algunos opinantes consideran que la cantidad de gente que acude a ver Hotel Coppelia lo hace no por el valor del proyecto en sí mismo, sino solo para ver las escenas de Nashla, lo cual es discutible y rechazable, porque disimula muy mal, una postura de negación al cine dominicano joven, que se abre horizontes en la persona de un conjunto de muchachos que decidieron demostrar que el cine es un producto artístico e industrial que debe tener calidad y sentido de captar la atención del público.

Lo que sí es rechazable es la falta de respeto que ha involucrado el manejo audiovisualmente vandálico de esas escenas, que constituyen una promoción a un precio muy alto, ese que supone la agresión al talento femenino involucrado.

Las filas ante la taquilla de los cines, han vuelto. Así se veían los compradores de taquillas para ver la oferta de los cines en Downtown Center Caribbean Cinemas.
Las filas ante la taquilla de los cines, han vuelto. Así se veían los compradores de taquillas para ver la oferta de los cines en Downtown Center Caribbean Cinemas.