SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Dolor y desolación. La violencia intrafamiliar y violencia contra la mujer empaña a los hogares dominicanos.
Durante los primeros seis meses de este año, 76 mujeres han sido asesinadas por hombres, quienes entran en la categoría de parejas o exparejas.
Las estadísticas oficiales del Departamento de Registros Administrativos de la Policía Nacional y el Instituto Nacional de Ciencias Forenses precisan que ya para marzo del 2018, unas 29 vidas femeninas fueron apagadas. Pero los siguientes tres meses casi duplican las cifras: el país cuenta con 47 mujeres menos.
El primero de enero de este año, Ingrid Ciprián Mercedes se convirtió en la primera mujer en encabezar la lista de víctimas que mueren de manos de sus parejas.
Ciprián Mercedes murió de 17 puñaladas ocasionadas por su esposo, Benjamín de los Santos, quien la ultimó delante de la hija de ambos, de unos 13 años y posteriormente se quitó la vida al colgarse de un árbol a varios metros de la escena inicial.
El hecho que consternó a toda la sociedad ocurrió en el kilómetro 5 de la carretera Miches-El Seibo.
A la fecha suman 79 el total de muertes, esto quiere decir, que la violencia contra la mujer ha pasado a ser una epidemia global, después de ser un hecho invisibilizado donde la gente dejaba los casos en “unas cuantas ofensas verbales”, así lo explica Marilyn Pérez, directora de prevención de violencia de género del Ministerio de la Mujer.
Las muertes por violencia de género han descendido un 35% entre el período 2017-2018, y un 16.5% en relación al año 2016. Sin embargo, no deja de ser un problema social que tiñe de llanto, luto y dolor a los hogares dominicanos.
Los datos desvelan que durante los últimos cuatro años las cifras han descendido un 17% en relación al periodo enero-junio. Este año el número fue de 38%.
Las estadísticas apuntan a que este año los números cerrarán en menor cantidad de feminicidios que durante el periodo 2017-2013.
El feminicidio es la manifestación más extrema del abuso y la violencia de los hombres hacia las mujeres condicionado por una cultura y construcción patriarcal en los hogares debido a la relación inequitativa entre hombres y mujeres.
Para la especialista en violencia de género, Marilyn Pérez, una de las mayores debilidades y gestor atacante del núcleo familiar ha sido el “patrón”, donde la persona con mayor fuerza y poder es el hombre, quedando la mujer en una posición de subordinación, luego los hijos y demás miembros de la familia.
Aduce que hablar de violencia es sinónimo de salud, educación, economía, prevención, atención, entre otros factores incidentales que ponen de manifiesto dicha epidemia social.
“El 80% de los casos de feminicidios, han pasado por la Unidad de Atención a Víctimas de la Fiscalía, y en cambio, no siempre cuentan con la debida atención, puesto que las víctimas, quienes acuden en busca de ayuda de forma escondida, son las que regresan a sus casas con un documento judicial en manos para entregar sus agresores”, indicó.
Exhortación
La abogada y directora de prevención de violencia de género del Ministerio de la Mujer, entiende que las entidades gubernamentales y la sociedad civil deben aunar esfuerzos para erradicarla.
Aboga por la concientización y educación familiar respecto a la igualdad, equidad e imparcialidad de los roles. “Hay mujeres que no saben identificar cuando hay violencia en sus hogares, muchos menos cuando se han convertido en víctimas”.
Para Pérez es vital que la conversión de los números de negativos a positivos. “las estadísticas, aumentan estadísticas”, entiende que si en la lucha contra la violencia de género, los medios de comunicación también se sumaran las estadísticas serían nulas.
La especialista afirma que debe cambiarse la práctica de enfocarse en los resultados estadísticos que trimestral o anual ofrecen las instituciones por campañas esquemas de mensajes y campañas de orientación positiva, donde el hombre y la mujer puedan autoanalizarse, mientras trabajan en equipo por la conformación del hogar “como primera sociedad”.