SANTIAGO, República Dominicana.- Yuddy Trinidad, una de las jóvenes querellantes contra el sacerdote, José Manuel Mota (El padre Jhonny), en el caso de abuso sexual, en Constanza, afirma que se siente satisfecha, con la decisión de la Iglesia Católica, de expulsar al predicador, porque es una muestra de que las denunciantes no mintieron.
No obstante, crítica que el predicador haya sido absuelto en el proceso judicial, cuyo caso fue declarado por extinguido por un tribunal en Constanza.
La joven agregó que su primera reacción y la de su familia, es cuestionarse sobre el ¿por qué los investigadores de la iglesia, creyeron en su versión y la acogieron como válidas y el Ministerio Público no?
Pero es que la querellante asume que en su caso los representantes del Ministerio Público, actúan con ciertos prejuicios, sobre el tema dijo que “los fiscales te hacen sentir, como que tú eres la responsable, te pintan como la culpable de los hechos”.
La decisión de la Iglesia Católica, ha anunciado la suspensión del padre Jhonny, luego que se conformara una comisión nombrada por el Vaticano, para investigar el caso, el mismo caso que un tribunal declaró extinguido.
Ahora las querellantes están a la espera de que se conozca una apelación la en la Suprema Corte de Justicia (SCJ).
En conversación con acento.com.do, la joven querellante, afirma que la decisión de la iglesia le ayuda mantenerse firme, tanto a ella, como a sus compañeras de este proceso, el cual ha sido muy tortuoso para las querellantes y las familias. Asegura que ahora hay un aval de que las denunciantes no mintieron, aunque advierte, falta la condena en los tribunales ordinarios.
“Yo por un lado me siento bien porque la decisión de la iglesia reafirma lo que denunciamos, pero a la vez, pienso que es una persona enferma que anda por ahí, que nadie quita que pueda seguir haciendo daño”, establece la querellante.
Sobre el tema dice que esa es su mayor preocupación de todo este proceso, un proceso que describe como traumático, por los señalamientos a los cuales debieron enfrentarse.
“Uno se siente agradecido, por un lado, uno siente que no todo fue en vano y estamos aquí a la disposición de que si el Ministerio Público, dice sí, vamos a continuar”, afirma Yuddy, que hoy tiene 25 años de edad, con una pareja y una hija.
“Nosotros nos arriesgamos a decir una verdad, porque nadie va a poner su cabeza, para que se la corten”, quien a cuatro años de hacer las denuncias está esperanzada en una decisión justa de los jueces de la SCJ.
“Esto para nosotras ha sido muy gratificante, saber, que la Iglesia ha decidido gratificar al sacerdote”, manifiesta la joven.
Crisis
Según cuenta la joven, en este proceso, no solo encaraban al predicador y el poder e influencia en las autoridades judiciales, también se enfrentaba al acoso constante de feligreses y personas de las comunidad de Constanza que las veían como calumniadoras o simplemente como oportunistas que buscaban sacar beneficios económicos del proceso.
“Nos llegaron a decir de todo, los mayores insultos de que puede ser objeto una mujer”, afirma que hubo momento en que sus familiares estuvieron de acuerdo en que no visitaran su comunidad natal en constante, por temor a ser repudiada o agredida.